UNA PEQUEÑA APORTACIÓN DESDE MI HUMILDE EXPERIENCIA, SOBRE COMO SE PUEDEN INTENTAR SOLUCIONAR LOS PEQUEÑOS PROBLEMAS DIARIOS QUE SE PRODUCEN EN LAS ESCUELAS.
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miércoles, 29 de marzo de 2017

QUIZÁ HAY QUE DISCRIMINAR. PERO POSITIVAMENTE.

Leo en la prensa de hoy, que Educación quiere ponerse en contacto con el Ayuntamiento de Zaragoza, para que a través de los servicios sociales de esta institución, se detecte a las familias en riesgo de exclusión social, con hijos de tres años, y efectúen una labor de concienciación para que se redistribuyan estos alumnos/as por todos los centros de la zona en la que viven. Es un primer paso, pero una medida más cosmética que otra cosa. Quien haya trabajado en un centro con alta concentración de alumnos/as ACNEAEs, sabe que la acumulación de estos niños/as en un colegio, no se debe a que los padres/madres no hayan pensado en que hay otras alternativas. La primera causa es la concentración de la vivienda de carácter social en determinados puntos, sin que nunca se hay intentado una distribución de las mismas más dispersa, pero claro, para algunos puntos de vista, esto podría crear alarma social. Otro factor importante últimamente es la acción de determinadas ONGs en algunos colegios, favoreciendo la adquisición de becas privadas para material escolar, comedor y todas las necesidades escolares de los niños/as con necesidades que se matriculan en esos centros.
Desde estas circunstancias, no hay convencimiento que pueda motivar a las familias a solicitar un colegio diferente, donde no van a poder encontrar las ventajas que se dan en los centros donde se acumula la población socialmente desfavorecida. Circulan muchas estadísticas que pueden estar desvirtuadas por varios motivos, desde la imposibilidad legal de detectar a algunos sectores desfavorecidos, puesto que se tacharía a quien lo haga de políticamente incorrecto, el colectivo gitano por ejemplo, hasta la incapacidad de la misma Administración de dotar a los colegios con los orientadores necesarios que puedan oficializar estas situaciones, y ya se sabe, que si un problema no tiene la etiqueta oficial, ese problema desaparece de cara a las estadísticas. Pero hay un valor que está actualizado y que es demoledor a la hora de comprobar la realidad social de un colegio. Las becas de comedor escolar. Si un colegio tiene gran cantidad de alumnos/as con beca, es que hay están matriculados los hijos/as de familias con necesidades económicas, lo que nos lleva a sectores sociales desfavorecidos.

La realidad es la que es, y es necesario redistribuir a los niños/as en todos los colegios para que la futura integración social sea posible. Mientras tanto algo hay que hacer, no puede uno no contabilizar un problema y pensar que no existe. Así que la solución pasa por discriminar. Sí hay que discriminar, pero haciéndolo positivamente. Quizá la solución pase por rebajar la ratio de los colegios con un porcentaje alto de becas de comedor a la mitad. Quizá se debería de dotar a estos centros con más presupuesto que al resto, para así poder compensar las carencias materiales y tecnológicas, que sus alumnos/as tienen en casa, con las  que el colegio tiene en su dotación. Quizá la adscripción del profesorado a estos centros debería ser voluntaria y premiada de alguna forma, para que ningún maestro/a se sienta oprimido profesionalmente por una realidad social que no se corresponde a la de la generalidad. Quizá se debería dotar a estos centros de una autonomía metodológica y organozativa más amplia, con una implicación más importante por parte del Servicio de Inspección, que pudiese  y debiese acudir con frecuencia al colegio y animar y asesorar a los docentes del mismo. Quizá la solución temporal pasa por reconocer la realidad, y no negarla. Quizá hay que ser menos políticamente correctos y llamar a cada cosa por su nombre. Quizá al tener mejores condiciones, gracias a una discriminación positiva, se pudiesen conseguir mejores resultados. Quizá si desde la Administración se hiciese una buena publicidad de estos resultados, no con la boca pequeña a los profesionales, se consiguiese mejorar el efecto llamada de estos colegios. Quizá el tratar a todos con el mismo rasero sea la situación más injusta que puede darse. Quizá algún día nos atrevamos a mirar a la realidad de frente y no a través de un espejo.


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domingo, 26 de marzo de 2017

¿TIENEN CLARA SU FUNCIÓN LOS SINDICATOS EDUCATIVOS?

Los docentes somos profesionales de la educación, o sea, nos ganamos la vida a través de nuestra labor educativa y por lo tanto, al ser trabajadores remunerados, tenemos unas obligaciones y unos derechos como tales. Por ello existen los sindicatos de la enseñanza, varios y de diferentes inclinaciones ideológicas, para que cada docente pueda sentirse representado por aquel con el que sienta mayor identificación. 
Así pues, como en el resto de profesiones, los sindicatos, que defienden los intereses de los trabajadores. tienen un matiz político, que define sus prioridades a la hora de impulsar las mejores laborales que necesita el colectivo.
Cuando veo una manifestación de la marea blanca, o de la reciente presión que están ejerciendo los estibadores portuarios del país, enseguida quedan claras las reivindicaciones laborales que afectan al colectivo de trabajadores. Vamos a centrarnos en la que más similitudes tiene con el ramo educativo, la sanidad. Es cierto, que al tratarse de unos servicios públicos, las mejoras que solicitan los profesionales del ramo afectan positivamente al resto de la población con la que intervienen. Así, si los médicos solicitan que no se supriman camas de un hospital, que no se cierren quirófanos, que no se aumente el número de cartillas por facultativo de un centro de salud, repercute en la calidad del sistema sanitario, pero también en la oferta pública de empleo para licenciados en medicina y enfermería, junto al resto de personal. En todas ellas hay matices laborales, desde el reconocimiento del determinados pluses, como el de exclusividad, al mantenimiento de condiciones laborales que se pueden perder por la precarización de los puestos de trabajo con la excusa de la crisis.
En el sector educativo, esto queda muy difuminado. Entre las reivindicaciones que se plantean en las últimas movilizaciones sindicales, no están ni de cerca, la solicitud de mejoras laborales para los profesionales que debemos ser representados. Más bien se trata de reivindicaciones políticas, que me parecen muy legítimas, comulgo con muchas de ellas, bueno con todas, pero creo que dichas protestas y propuestas no deben ir dirigidas por los sindicatos, sino por los partidos políticos en sus programas electorales. Si yo quiero manifestarme en contra de la ley educativa, entiendo que debo hacerlo con mi voto, en las urnas y en el día de las elecciones. También por supuesto en las movilizaciones ciudadanas que se planteen desde el activismo social con el que me sienta identificado, pero no por una huelga si no tiene carácter de Huelga General. Estamos desvirtuando el carácter laboral de esta medida de presión. La política también puede hacerse desde la calle. Pero entiendo que los sindicatos deben tener como principal función la representación de los trabajadores y la defensa de sus derechos, y dejar esta función a la movilización ciudadana. Se pueden plantear movilizaciones masivas, sin necesidad de convocar huelga sectorial, y más, cuando hace años que no se ha convocado ninguna para mejorar las condiciones laborales del sector. Los docentes, como la mayoría de los funcionarios, tenemos prácticamente congelado nuestro sueldo desde no recuerdo cuanto tiempo hace, echo de menos que mis representantes denuncien esta situación, Si se vende la mejora económica por parte del gobierno, es  hora de recuperar parte del poder adquisitivo perdido, y sin embargo, parece que no es un tema importante para los dirigentes sindicales. No me extraña que mucho de ellos/ellas, tras pasar por el sindicato, acaben con una función política en el partido asociado a la organización sindical donde han realizado su labor.
Recuerdo que hace ya muchos años, un compañero itinerante, tuvo un accidente con el coche realizando su itinerancia laboral. El fondo de reparaciones se había acabado, y desde la Administración, se le propuso un cambio de puesto, a mitad de curso, para poder compensarle el arreglo del coche. El compañero se negó, nosotros desde ese momento dejamos de poner el coche al servicio de la Administración, puesto que se nos dijo que lo hacíamos por voluntad propia. La respuesta de los sindicatos en aquel momento, corría el año 1994, fue la de ponernos trabas y apoyar al servicio provincial, aunque nos reconocían que nuestra reivindicación era justa, pero, que no era el momento político de presionar. Yo no podía creer lo que estaba oyendo. No nos sometimos a las presiones y mantuvimos el paro técnico, nos negábamos a poner nuestro coche, aunque acudíamos al centro de trabajo, durante dos meses. Ya digo, que los sindicatos, no solo no nos apoyaron sino que iban intentando crear disensiones en el grupo de trabajadores. Curiosamente, esos responsables sindicales, acabaron en un puesto político en años posteriores. Conseguimos, con nuestro esfuerzo, que a partir del curso siguiente se compensase a los maestros/as itinerantes con horas de reducción equivalentes a los kilómetros de desplazamiento realizados. Pero desde luego no fue por las movilizaciones planteadas por las organizaciones sindicales, por ninguna de ellas.
Me parece fenomenal que desde los sindicatos se busque una sociedad mejor a través de la movilización social, pero espero también que se priorice la defensa de mis condiciones laborales como trabajador que soy, puesto que a veces nosotros/as mismos, ponemos por delante nuestra función social de docentes sobre nuestra condición  de trabajadores.

No podemos desenfocar nuestro objetivos y en estos tiempos, los sindicatos, menos que nadie.


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jueves, 23 de marzo de 2017

¿Y PARA CUANDO UNA EVALUACIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA?

Estoy leyendo en la prensa, que los médicos de la comunidad, se quejan de que los equipos electrónicos que deben utilizar para realizar su trabajo se han quedado obsoletos. La Administración les da la razón y se ha comprometido a su renovación en un plazo de tiempo lo más breve posible. La eficacia de los servicios no depende tan solo de la capacidad profesional del trabajador, sino  también, y de forma muy importante, de los medios de trabajo que se ponen a su disposición.
Me parece fantástico y creo que tener un sistema sanitario eficaz y eficiente va en beneficio de todos, me da cierta envidia, lo tengo que reconocer, cuando sigo leyendo. y veo que los equipos a renovar tienen más de cinco años ¡Cinco años! Comparados con los que tenemos en el colegio se trata de tecnología punta. Los ordenadores que utilizan nuestros alumnos/as tienen un mínimo de nueve años, hemos debido de cambiar el sistema operativo para que fuesen funcionales, puesto que el oficial, que nos proporciona Gobierno de Aragón es XP, que hace años está descatalogado. Hemos tenido que buscarnos la vida con el software libre, y estamos contentos, no nos quejamos por ello, pero dependemos de la buena voluntad y de los conocimientos de los docentes, y también, de la fortuna que es la responsable de que dentro del claustro haya alguien que domine este tema, y sea competente en algo, que no tiene nada que ver con el perfil profesional de un docente ¿Qué pasa donde no se da esta circunstancia?
Estamos teniendo problemas con la red, salimos a una velocidad muy baja. Nuestro centro se encuentra ubicado en una esquina de la ciudad, y tras nuestro edificio, tan solo tenemos campos y parque. Las compañías, a pesar de tener cableada la fibra óptica casi hasta la escuela, no quieren realizar el gasto de pasarla al otro lado de la calle para gestionar solo dos líneas de teléfono. Nosotros no podemos hacer ninguna fuerza, puesto que además es la consejería quien gestiona todas las líneas, y es quien puede hacer presión, pero no lo hace. Dice que no se puede. La cuestión es que el centro debe manejarse con la tecnología que dispone, y que ni mucho menos, se acerca a la que podría tener sin realizar un gasto excesivo.  Tenemos también un servidor zentyal que nos ayuda a ganar algo de eficacia balanceando las dos líneas de teléfono del colegio, pero aún así somo más de ciento cincuenta equipos saliendo por dieciocho megas de velocidad, a paso de tortuga vamos. Disponemos de un servicio del siglo pasado y no creo estar exagerando.
Por otro lado, se nos anima a la innovación, a que utilicemos alternativas a los libros de texto, a que los alumnos sean competentes en un mundo cuya tecnología no es que corra, es que vuela, pero no les damos alas para volar, sino sandalias, y de suela de esparto, para que no puedan ni correr. Es una paradoja que debemos superar todos los días. Es cierto que a base de ingenio, sacamos partido a todo lo que tenemos, y creo que obtenemos un muy buen rendimiento,  debería ser una de las preocupaciones principales de la Administración educativa, facilitar la labor docente a nivel de infraestructura, y como repito siempre, comenzar por quien más va a utilizarlas, que no consiste en entregar un coche a quien solo gusta de ir a caballo. Para eso, debería estar el servicio de Inspección educativa, para determinar a los mejores usuarios potenciales y comenzar por ellos.
Cuando yo comenzaba en esto de la enseñanza, se pasaba una evaluación, el Plan EVA, en la misma se evaluaba a los docentes, a los centros y también a la Administración. Este debería ser el planteamiento, realizar una evaluación de la Administración desde todos los ámbitos, sobre todo por parte de las personas que trabajan en ella, escucharles y realizar las modificaciones necesarias a los procedimientos. Y esta evaluación no veo que se llegue ni siquiera a plantear. Debería ser seria, rigurosa y con compromisos posteriores. No es cara, es funcional y además estaría llena de propuestas eficaces ¿Por qué no se lleva a cabo? ¿De verdad que no se le ha ocurrido a nadie? El primer paso para poder tener un sistema educativo del siglo XXI, con el que tanto se le llena la boca a alguno, pasa por tener una Administración que no esté anclada en los procedimientos del pasado. La renovación debe venir marcada por los que mejor la conocen, así de fácil, y a la vez así de difícil.  Solo puede  pedir una renovación metodológica, quien previamente se ha evaluado y ha optimizado su propio funcionamiento. Pensamos en evaluaciones de diagnóstico, en pruebas individualizadas, en reválidas y la ley se olvida de la más importante, la del sistema, la autoevaluación de la Administración educativa, la que puede mejorar realmente el proceso general. Es cierto que se han propuesto pactos y planes que analizan la situación, pero debería de haber un planteamiento más sistemático, periódico y regulado para que obligase a que se efectuasen las reformas propuestas sin que dependiese de la responsabilidad del puesto político de turno.

Y mientras tanto me pido esos equipos obsoletos que van a retirarse de los centros de salud, aquí serán bienvenidos.


lunes, 20 de marzo de 2017

¿Concertada y jornada continua? ¿Se han vuelto locos, o hay alguna razón?

Hay dos temas de actualidad en la comunidad educativa a la que pertenezco, la jornada escolar y los conciertos educativos. Lo cierto es que el descenso de la natalidad está afectando a la solicitud de vacantes escolares, y en algunas zonas, se tienen que cerrar unidades, puesto que el número de propuestas de solicitud de matrícula ha bajado a la mitad en los últimos cinco años. Se trata de un proceso acelerado que estresa los ambientes y radicaliza posturas. En una gran ciudad, los diferentes polos de población y los movimientos que se producen en la misma por el precio de la vivienda, tiende a concentrar  a las familias con hijos en edad escolar en determinados barrios que además suelen coincidir con nuevas construcciones y con falta de equipamientos educativos,  mientras que en otras zonas, donde la población ha ido envejeciendo sobran las plazas y existe el problema de cierre de unidades. 
Por lo tanto, una gran ciudad no me parece el mejor lugar para sacar una conclusión válida. Sin embargo, una ciudad pequeña que tenga entre diez mil y cuarenta mil habitantes sí que es más significativa, puesto que los flujos del precio de la vivienda no condicionan tanto dicha matrícula. Curiosamente, aquí en Aragón, cuando dichas ciudades disponen de las dos redes escolares, pública y concertada, y cuando los centros de la red pública, solicitaron el cambio de tiempos escolares y pasaron a tener jornada única este curso escolar, la situación ha empujado a los centros concertados de las mismas a solicitarla y a obtenerla con el beneplácito, lógicamente, de una mayoría muy cualificada de los padres/madres de dichos centros.
Es aquí donde surge la paradoja. Si hay problemas para llenar las aulas y se prevé cierre de unidades en la red concertada, ¿no hubiese sido más lógico continuar con la jornada partida para atraer a las familias que quieren permanecer cono hasta ahora? ¿No hubiese supuesto un espaldarazo tener un montón de solicitudes para presionar y mantener los conciertos? ¿Si las familias, como sostienen algunos sectores de opinión, prefieren la jornada de mañana y tarde, y solo se cambia por el interés de los docentes, no hubiese sido una gran baza no cambiar de jornada, cuando además, todos los centros de la red pública ya han realizado el cambio? Pues la cuestión es que está pasando justamente lo contrario. En las localidades de Teruel, Alcañiz, Alagón y Calatayud, los centros concertados no han sido lo suficientemente astutos como para aprovechar dicha coyuntura. Se han dejado engañar por sus docentes que han forzado al cambio de horario, a pesar de dejar una matrícula potencial que podría salvar en un futuro sus puestos de trabajo. Ya se sabe eso de que se cambia porque los docentes quieren estar a las dos en casa, además de las vacaciones y todo lo demás...
Esta reducción al absurdo creo que deja ver bien a las claras, que son las familias, las primeras que están interesadas en el cambio de jornada, que lo hacen por el bien de sus hijos, o al menos están convencidas de ello, y que además los centros de titularidad concertada han visto claro que, o se suman a dicho movimiento, o pierden la posibilidad de atraerlos en el  futuro más que cercano. Lo que estoy convencido es que cuando alguien decide dar un paso así ha planificado, muy a conciencia, las consecuencias que podían tener. También creo que cuando las familias, y más en ciudades pequeñas, han ido viendo la calidad de vida que dicho cambio tiene para sus hijos, se ha ido extendiendo la voz y que el cambio es imparable, puesto que me reitero, supone una mejora más que evidente, para las familias que ya lo tienen, en la calidad de vida de sus hijos/as.

La losa del "siempre se ha hecho así" es como una gran roca que nos cuesta mover, pero  cuando comienza a bajar por la montaña, no hay quien la pare.


jueves, 16 de marzo de 2017

LA DISTRIBUCIÓN DE ALUMNOS/AS ACNEAEs, (antigua E. Compensatoria). El daño colateral de la libertad de elección.

Estamos cerca de la apertura del plazo de solicitud de plazas escolares de cara al próximo curso 2017/18, y la relación pública /concerta ha llegado a la población, a través de un debate sobre la conveniencia de mantener una red u otra, trufado de medias verdades. Se están lanzando campañas a través de las redes sociales sobre libertad de elección de centro, y muchas aseveraciones que se enfocan desde el lado interesado, para retorcer la realidad ,de forma que se adapte a los intereses de quien expone su razonamiento. Ya lo comenté en una entrada reciente, y  desde luego, reconozco que no puedo desligarme de intereses personales, que me distorsionan dicha realidad por mi coyuntura personal. Por lo tanto, intentaré hablar de un dato objetivo y comentar lo que sucede bajo mi punto de vista. La distribución de los alumnos/as ACNEAEs, sí los antiguos compensatorios, los que pertenecen a minorías étnicas o a grupos sociales desfavorecidos.
Usamos los datos de un estudio que ha realizado CGT en la ciudad de Zaragoza, al que llegué a través de un twitt de mi compañero Fernando Andrés, para verlo PINCHA AQUÍ

Cuando se comenta la distribución entre las dos redes de niños/as con necesidades específicas especiales, no se suele hacer referencia a la individualizada sobre este tipo de alumnos/as. Una familia acepta de buen grado que su hijo comparta pupitre con otro alumno/a que tenga discapacidades intelectuales, es más, les parece progresista y adecuado. Al fin y al cabo, estos niños/as no han tenido otra posibilidad y no tienen opción de salir de su realidad, ya que está marcada por la genética. De esta forma, tenemos muchos centros concertados con aulas TEA (transtornos de espectro autista) y aulas de integración de educación especial. Hay colegios que tienen hasta tres de estas aulas .
Todos/as somos susceptibles de tener, o haber tenido un hijo/a que padeciese un síndrome de este tipo, por eso, también, nos mostramos más solidarios con esta circunstancia, y es ahí donde los centros concertados suelen hacer su acopio de alumnos/as con necesidades educativas que mejora su estadística de atención a la diversidad. Además, tratándose de familias "normalizadas", suelen poder hacer frente a las aportaciones económicas que el colegio requiera para algunas de las actividades programadas. Tienen doble función, acumulan estadística y no solo no repelen la legada de posibles familias, sino que incluso, pueden ser motivo de atracción para alguna.
Sin embargo, con el otro tipo de alumnos con necesidades educativas, las de carácter social, no ocurre lo mismo. Para empezar,son niños/as como los de las familias que consideramos "normalizadas", sin ningún problema físico ni genético, estos alumnos/as en otro entorno familiar seguramente no tendrían necesidad de apoyo educativo. Lo son por pertenencia a grupos sociales específicos, que son diferentes a los nuestros, y no nos sentimos tan solidarios con su problemática. Cualquier padre cree que podría haber tenido un hijo con síndrome de autismo, pero no tenemos tan clara la posibilidad de ser inmigrante !Qué error! y más en estos tiempos. Los vemos como algo diferente y desconocido y nos asusta que nuestro hijo se mezcle con este tipo de alumnado. Por ello,  estos niños niños no ejercen ninguna atracción hacia el colegio que los acoge en los tiempos de solicitud de plaza, todo lo contrario, suponen un rechazo y uh hándicap. Por esta razón,  analizar  su distribución entre las dos redes no es una cuestión baladí, es muy importante, por lo que supone que estén en un centro y por lo que suponen que otro tipo de alumnado deje de estar. Curiosamente observamos colegios cerca de lugares donde se concentra este tipo de población que están llenos de alumnos ACNEAEs y muy cerca centros que no tienen a ninguno matriculado, y si revisamos la titularidad de los colegios, el público es que acumula esta población y el concertado el que carece de ella. No es muy coherente, que cuando se pide que se haga un análisis del tema, siempre se recurra a la misma explicación, las familias tiene libertad de elección, y si hay vacantes en un colegio de la zona no se les puede obligar a  acudir a otro. Totalmente cierto e inapelable, no puedo poner ni un pero a dicha afirmación. No pasa nada si se reconoce la realidad. Ahora, una vez reconocida, es necesario que se tomen las medidas oportunas para intentar equilibrar el tema en el futuro, y eso es lo que no se hace, tal vez porque interesa que la situación se estanque.
La estadística que se presenta es palmaria. Si la mayoría de estos alumnos/as están matriculados en la enseñanza pública, y son los que más necesidades individualizadas tienen, los defensores de la concertada como mejor modelo, deberían reivindicar que se matriculasen en centros concertados, puesto que los mejores, presumen de serlo, deben trabajar con los casos más difíciles. Y sin embargo, no recuerdo haber leído estos días ningún post con esta propuesta. La red concertada debería estar llena de este alumnado, o a lo mejor ¿somos tan ingenuos que pensamos que estas familias al no estar culturalmente en la media eligen  algo que es peor para sus hijos? La respuesta la conocemos todos.
Si se quiere defender que un servicio público no es incompatible con la privatización del mismo, hay que demostrarlo. Cuando vea que se pide la construcción de un centro concertado en una barriada gitana empezaré a creer en las buenas intenciones y en que se busca el bien social, y que por tanto se puede realizar política social desde el sector privado. Mientras tanto, dejad que piense que entre las razones que no se exponen, está cierto carácter mercantilista, que debería estar muy alejado de los principios educativos de un servicio público. No entro en la elección por parte de una familia de un centro privado, ni de la elección de alumnos/as que realiza el mismo, ahí cada uno puede hacer lo que quiera. Pero un servicio público debe tener como prioridad a quien más lo necesita, centrando en estos sectores de población un mayor esfuerzo, para poder tener en el futuro una sociedad más justa y mejor. Está bien que cada uno exhiba sus fortalezas, es lógico, ahora reconocer también tus debilidades y no ocultarlas o negarlas, es síntoma de honradez. No puedo presumir de tener un parque de atracciones y en realidad ser un tiovivo.



lunes, 13 de marzo de 2017

El currículo British Council o la pésima planificación administrativa.

No voy a entrar en si el bilingüismo en las escuelas es positivo o no, bueno a lo que llamamos bilingüismo, que muchas veces no es sino propaganda, que queda especialmente vistosa, para llamar a las familias a la hora de elegir un centro educativo para sus hijos. Nosotros en el colegio hace quince años que impartimos cuatro áreas con el currículo British Council, y no me parece un tema baladí que tanto Ciencias Sociales, como Ciencias Naturales se desarrollen utilizando el inglés como lengua vehicular. En los institutos a los que acuden nuestros alumnos/as al acabar la etapa de E. Primaria, existe la posibilidad de elegir entre acudir siguiendo dicho currículo, o utilizar el normalizado en Aragón. Las familias eligen el recorrido que quieren para sus hijos/as. En el colegio no existe esa posibilidad, todos los alumnos/as del nuestro deben, por obligación, seguir las pautas que marca dicho currículo British Council.
Es cierto que podemos pensar que cuando las familias acuden a matricular a sus hijos de tres años, son conscientes de dicha realidad. Al menos nosotros en las reuniones previas de presentación del centro, insistimos mucho en la idea, nadie de estos padres, puede decir que no la avisamos de la coyuntura. Los niños desde pequeños tienen más horas de clase en lengua inglesa, incluso disponemos de asesores en dicho idioma que nos proporciona el convenio con el British Council, a cambio, debemos acogernos a su normativa. Hasta aquí no hay ningún problema, si tú quieres acudir a un colegio de este tipo, ya conoces las ventajas y los inconvenientes, y no puedes quejarte, si en el desarrollo posterior de la vida académica de tu hijo, esto supone una traba.
 Pero curiosamente, no sucede lo mismo cuando un niño/a acude a nuestro centro desde otro por un traslado, y el anterior colegio no estaba acogido a dicho convenio. Incluso si se trata de un  centro bilingüe de tipo CILE, no tiene nada que ver con uno British Council.  El alumno/a se va a ver envuelto en un proceso de adaptación, que no va a ser solo a una nueva realidad social, sino que va a ir mucho más allá, y deberá enfrentarse a un idioma vehicular en casi la mitad de las áreas en el que no es suficientemente competente.
 Podríamos pensar que la Administración es consciente de este problema, y no matricula a ningún alumno/a nuevo sin que venga de otro colegio con el mismo currículo. Pues no, no lo tiene en cuenta. Podremos pensar que al menos cuando otorga una matrícula fuera de plazo, dicha Administración avisa a la familia, para que pueda valorar la dificultades extra a la que van a enfrentarse sus hijos. Pues no, no lo tiene en cuenta. Para la Administración todos los colegios son iguales, independientemente de que puedan y deban impartir currículos diferentes. LAMENTABLE. Y más cuando en los centros de secundaria sí que se tiene en consideración esta posibilidad y existe la doble alternativa, como hemos comentado antes.
Así somos los colegios los que debemos tomar adaptaciones curriculares para estos casos, que son más de los que nos puede parecer. Pero claro esas adaptaciones tienen que ser alegales, y eso que hemos solicitado que se flexibilice la normativa para poder adecuar las realidades individualizadas, pero siempre la negativa por respuesta. Es una pena, luego se les llena la boca con la individualización del proceso educativo y de la evaluación del mismo, pero sin embargo nos responden  siempre con la misma canción, la normativa no nos lo permite. Pues se cambia, que para eso están los legisladores, y más cuando no interfiere con ninguna ley, pero claro estos casos suelen ser  niños/as que no dan titulares y por lo tanto ya se apañarán en los colegios para retorcer esa normativa que no se quiere adaptar ni cambiar. La alternativa es que el alumno acarree con las consecuencias y no promocione ¿Pero si el centro se negase, y  si decidiese cumplir la normativa a rajatabla?

Tengo el caso  de una niña marroquí que ha llegado de otro colegio de la ciudad en el mes de enero, para terminar sexto de E. Primaria. La niña es competente y debería tener la promoción asegurada, pero se encuentra con la barrera del idioma en las áreas de Literacy, Social Science, Natural Science y Arts ¿Es de justicia esta situación? ¿Por qué no podemos realizarle una adaptación que nos permita no utilizar, aludiendo a la singularidad, el currículo British Council? ¿Por qué no avisaron a la familia y la matricularon en otro colegio de la zona? Porque administrar sin preocuparse ni tener la suficiente flexibilidad con los casos individuales es más cómodo,aunque sea hacerlo mal. Y en este caso no se puede alegar que es el primer caso que se da y que es una sombra del sistema que no se había visto. Están muy avisados de la situación de muchos casos anteriores. Si vas a obligar a andar por las vías del tren tienes que poder variar los horarios del mismo si es necesario, no vaya a acabar pillando a quien has puesto en ese camino.



miércoles, 8 de marzo de 2017

LAICIDAD. Pensaba que significaba otra cosa.

Estaba viendo un informativo en la televisión,  cuando al tratar sobre la conveniencia o no de celebrar un acto religioso, una misa para ser más exactos, un representante del partido en el gobierno manifestaba que no hay que confundir laicidad con tener una confesión religiosa, para apoyar la celebración de dicho acto religioso desde una Administración Pública.
Así que he acudido al diccionario de la RAE para intentar entender la afirmación anterior.

Laicidad
1. f. Condición de laico.

2. f. Principio que establece la separación entre la sociedad civil y la sociedad re-ligiosa.

Laico, ca
Del lat. tardío laĭcus, y este del gr. λαϊκός laïkós; propiamente 'del pueblo'.
1. adj. Que no tiene órdenes clericales. U. t. c. s.
2. adj. Independiente de cualquier organización o confesión religiosa. Estado laico.Enseñanza laica.

Sigo sin poder comprender las manifestaciones del político, pero dese luego si ese es el principio que nos rige, ahora entiendo muchas cosas sobre la implantación de la religión dentro de las escuelas. Por fin comprendo cómo desde un estado, que en su Constitución se declara laico, se ampara la educación religiosa dentro de los centros educativos que tienen su titularidad. Ahora entiendo, como desde ciertos estamentos, se amparan celebraciones religiosas, que yo pensaba que no se extraían de los actos públicos por costumbrismo, o por no haberse atrevido en su momento a romper los estereotipos impuestos en la mente colectiva desde el régimen anterior. 
Pues no, lo que pasa es que se puede ser de una forma y de la contraria a la vez, y si eso me da réditos políticos,  y/o electorales, pues tan ricamente, que las contradicciones parece que no pasan factura. La cuestión es tener un argumentario, que me permita exponer lo que el auditorio que tengo en frente quiera escuchar, y no tener que crear debates ideológicos entre los votantes.
Por eso en la escuela que es aconfesional, como el Estado, la religión es un área más, con la misma importancia que las otras, y aportando valor a la calificación competencial de los alumnos/as de forma simétrica al resto. Además como hay que ser políticamente correctos, damos la misma consideración a otras religiones diferentes al la mayoritaria, y así podemos encontrarnos con tres o cuatro confesiones dentro de un mismo colegio, que hay que compaginar, con diferente horario docente, que para más incongruencia no ha sido elegido por la Administración, sino por una confesión determinada. Coordinar  así los horarios es imposible, pero no pasa nada si algunos alumnos se derivan de la clase normalizada a la de la religión correspondiente en unos determinados periodos, a pesar de no poder acudir a la clase programada, pero claro, es que no hay que confundir laicidad con tener una confesión religiosa.
Curiosamente, todos los alumnos/as ACNEAEs de mi tutoría, que pertenecen minorías étnicas, acuden a confesiones religiosas que no son la católica. Paralelamente, todos los centros concertados que existen en la zona donde está el colegio, tienen una titularidad de esta confesión, por lo que su ideario aleja a esta población. Es un detalle que puede ser casual, pero que separa de estos centros a población que a priori es considerada problemática para las familias normalizadas.
Entiendo que es un asunto muy personal lo de la confesión religiosa, considero que todo el mundo puede elegir y adecuar su moral a la que le parezca más adecuada, de la misma forma, entiendo también, que se elija para los hijos/as las mismas creencias, al menos mientras sean menores de edad. Pero ¿por qué hay que darle un carácter oficial? ¿Por qué se tiene que sostener determinadas creencias con fondos públicos? Puede haber colegios confesionales, pueden concertarse desde la Administración si es necesario para extender el sistema educativo a toda la población, pero puede hacerse desde la laicidad, o sea separando Iglesias y Estado. Se puede dar clase sin que ninguna creencia religiosa sea un área. Se puede ampliar el horario con una extraescolar, que además no tiene si no se quiere que ser gratuita, al igual que se hace con deportes o con otro tipo de actividades. Esto no supondría un freno para el acercamiento de ningún sector de la población a un determinado centro, fuese cual fuese su orientación religiosa, puesto que los valores ciudadanos que son transversales, se deben de respetar por pura lógica y el aprendizaje religioso tendría un carácter opcional.
Los centros públicos no se verían forzados a retorcer sus horarios para poder adecuarlos a los de tres o cuatro de los docentes de los diferentes cultos. Se podría dedicar este tiempo a reafirmar valores que construyan buenos ciudadanos, o sea que sean empáticos, responsables, solidarios, respetuosos, la lista de valores es muy larga y creo que  no es necesario exponerla en su totalidad. En fin, sería como mucho más fácil. Pero claro a lo mejor es que no entiendo el concepto de laicidad, a lo mejor es que no es que aunque el Estado debe ser aconfesional y respetar la creencias de sus ciudadanos cuando las practican a título personal.

Lo cierto es que no hay nada más ridículo que querer argumentar una incongruencia, y además de hacerlo de una forma burda, pensar que los ciudadanos no tenemos capacidad crítica para analizar lo expuesto ¿A lo mejor iba en este sentido la eliminación de Educación para la Ciudadanía? Claro, es que se dogmatizaba, se me olvidaba que los docentes queremos fabricar una sociedad del mal y aprovechábamos este área para inculcar en los niños/as los mecanismos de un futuro estado maléfico.  Ya sé que queda ridículo, parece el argumento de un comic de Batman, pero lo es tanto como la afirmación sobre la laicidad. Bueno, estaremos tranquilos sabiendo que los conceptos fundamentales están más que claros entre los que rigen nuestro destino político. Creo que debemos avanzar mucho como sociedad para evitar tener que retorcer la realidad y acomodarla a las costumbres morales marcadas desde antiguo. El camino va a ser largo y nos movemos lentamente, solo pido que me dejen avanzar aunque sea en una vieja bicicleta, que no intenten convencerme de que vamos en Ave, cuando en realidad estamos retrocediendo, o parados sin caminar.


IMAGEN ALBA LAMUELA

domingo, 5 de marzo de 2017

¿Somos racistas? Pequeña reflexión desde la cotidianidad.

Estamos sufriendo en el mundo, una especie de plaga involucionista que nos alarma a todos y cada uno/a de nosotros/as. Cuando leemos, bueno más bien vemos en la televisión, noticias de las aportaciones legislativas de Donald Trump en los Estados Unidos, o las propuestas que nos llegan de la cercana Francia,  del Frente Nacional, nos alarman y nos llegan de indignación. También cuando nos planteamos desde nuestra conciencia el drama de los refugiados, y como nuestra sociedad y nuestro país, está haciendo lo mínimo para salvar su cuota de responsabilidad social, nos llegamos a enfadar y manifestamos nuestro deseo, como ciudadanos de a pie, de que debería de replantearse la política inmigratoria.
Pero conforme nos acercamos en las reflexiones a puntos cercanos, comenzamos a ser más comprensivos con según qué tipo de actitudes. Cuando las decisiones que toman personas cercanas a mí, o yo mismo, pueden tacharse con el calificativo racista, empiezo a ver las connotaciones y a aportar razones que justifican esa actitud. Es lo normal, las cosas se juzgan muy asépticamente  cuando son lejanas, pero desde la cercanía, lo subjetivo nos hace ver muchos matices que no calibramos cuando juzgamos lo externo a nosotros.
En la escuela se ve muy claramente, ya exponía en la entrada anterior, como desde la visión de padres, nos preocupa y mucho, cual va a ser el origen de los compañeros/as de nuestros hijos/as, y muchas veces, la elección de centro, viene marcada por la pertenencia social de la mayoría de los alumnos/as. Además, este estigma es imposible de cambiar para un colegio. Si por razones de agrupación de viviendas de protección social, un colegio matricula a una alta tasa de población con necesidades sociales, en  nuestra comunidad, niños/as inmigrantes y/o de etnia gitana, aporte las novedades metodológicas que aporte, no va a dejar de ser considerado el "colegio de los gitanos", y por ello, no va a tener muchas solicitudes de matrícula, a no ser que la presión demográfica del barrio donde está situado aporte alumnos/as derivados de otros centros. Lo que en sí no es malo para el colegio, salvo porque el efecto integrador que puede tener la escuela dentro de la sociedad se diluye. Si el centro se esfuerza en realizar una gran cantidad de buenas prácticas, desde la motivación de atraer a población "normalizada", estas buenas prácticas ahí quedan, para beneficio de toda la comunidad educativa.
Se trata de una realidad contrastada. Como padres o madres es normal que tengamos estos miedos, ¿pero no se trata de una actitud racista? ¿Si reflexionásemos y viésemos esa actitud en los que están lejos de  nosotros, no nos lo plantearíamos así? ¿Cómo docentes no nos debería dar igual trabajar en un centro que en otro, sin imponer calificativos previos a algunos colegios? Sin duda si la Administración tuviese en cuenta estas particularidades, e hiciese una consideración positiva de los mismos a la hora de la dotación humana y material, sí, nos debería dar igual. Si con un dotación compensada, el proceso educativo puede ser igual o incluso mejor, ¿dónde está el problema?
De todas formas tampoco debemos fustigarnos por hacer tenido o tener este tipo de actitudes, es normal que las personas nos sintamos más cómodos  entre los que son iguales a nosotros, y desconfiemos de los que muestran diferencias,  la mayoría de las veces son costumbres y hábitos heredados, y por otra parte es desconocimiento. Tan solo sería reprochable, cuando desde después de una reflexión y con la certeza de que se ofrece una buena calidad de enseñanza, nos mantuviésemos en este tipo de actitudes.
Por otro lado está el abuso de determinadas minorías para responsabilizar a los demás de sus actos y actitudes con la calificación de racista, pero ese tema lo voy a dejar para otra entrada. Desde el equipo directivo he tenido que soportar que me llamasen racista, un montón de veces, por justificar la irresponsabilidad de algunas familias en la educación de sus hijos/as.
Lo importante es tener claro como somos, independientemente de la imagen que podamos dar en algún momento.




miércoles, 1 de marzo de 2017

Periodo de elección de centro. Lo que se expone y lo que se esconde.

Se acerca el plazo de solicitud de plaza para el curso 2017-18, pronto comenzarán las jornadas de puertas abiertas y los centros pondrán en conocimiento de los padres/madres de los nuevos alumnos/as, las bondades de su colegio para que sea el elegido por las familias. Es la hora de venderse y de acercar todas las fortalezas del colegio a los compradores de educación, sobre todo en los lugares donde hay poca natalidad y donde el cierre de unidades es una realidad. No es una situación que ataña solo a la educación concertada, donde el negocio solo es posible si la matrícula es alta, sino que también se vive en la red pública. Aquí los maestros/as dependen del número de vías de su colegio para mantener su puesto de trabajo o tener que acudir de nuevo al concurso de traslados movidos por una supresión de su vacante.
Así que por esta razón proliferan por la red, en estos días, artículos que defienden la libertad de elección de centro educativo y las bondades de una u otra red. No me considero un profesional anti nada, tampoco anti enseñanza concertada, a pesar de trabajar en la enseñanza pública. Conozco las dos redes, he colaborado con centros concertados en actividades extraescolares de forma desinteresada, más que desinteresada, además de colaborar con mi esfuerzo, y no poco, también lo he hecho pecuniariamente, puesto que entendía que desde la asociación deportiva ligada al centro se hacía una labor social.  Reconozco que no todos los colegios concertados son iguales, ni atienden a la misma población, de la misma forma que tampoco lo son los centros públicos. Pero creo que nos hace mucho daño a unos y a otros disfrazar la realidad, para vender algo diferente a lo que en realidad estamos ofreciendo,  en realidad, tampoco diferente, se trata de tapar las razones principales porque no son políticamente correctas, y resaltar como más importantes las que son en realidad secundarias. 
Finlandia, ese país que todo el mundo toma como referencia a la hora de hablar de educación, es el líder desde una red pública muy bien dotada,  con una metodología muy meditada y con una evaluación constante de la misma. El paradigma es que si solo hay una red, los ciudadanos económicamente pudientes y que son los que en teoría más aportan al erario público, procuran que sea de alta calidad, puesto que sus hijos van a acudir a la misma. Esto tiene un efecto beneficioso socialmente, la escuela es un lugar donde se produce desde pequeños una alta convivencia entre todas las capas sociales, lo que facilita una mayor empatía.  Es lo que dice la teoría, la verdad viendo los famosos resultados PISA, es que debe de funcionar. 
Los centros concertados, hablan de ideario diferente, basado en ética religiosa en la mayoría de los casos, y de la libertad de las familias para poder educar a sus hijos desde un colegio en concreto y no desde el que impone el estado. Sin embargo estamos en un estado de derecho y democrático, donde se busca el bien de todos los ciudadanos por igual, y donde la igualdad de oportunidades es un logro social en teoría conseguido. Si esto es así, ¿tiene algo de malo que se eduque a los alumnos/as como buenos ciudadanos y que la parte moral que corresponde a una determinada religión se enseñe en la familia o en el templo respectivo? Evidentemente no. Quien defiende esta teoría no se da cuenta que está llamando sectario al Estado Español, y que le está quitando unos valores que deberíamos potenciar desde la escuela; o eso o está llamando sectarios a los profesionales que trabajan en la escuela pública, y yo al menos soy escrupulosamente cuidadoso con ser imparcial en los temas en los que debo serlo, tanto o más que un profesional de la red concertada.. Por aquí este argumento pierde agua, además de generar dudas sobre el funcionamiento del sistema que no nos hace ningún bien.
Por otro lado están los que defienden la libertad de centro porque les gusta uno más que otro, es cierto, nuestra sociedad se basa en la libertad, pero de la misma forma que no puedes elegir centro hospitalario a no ser que lo pagues de forma independiente, o que no puedes elegir tribunal si la justicia te requiere por alguna acción, no es tan grave que acudas a un colegio u a otro si todos estuviesen bien dotados material y humanamente. 
La realidad es otra. La realidad, que no es políticamente correcta, es el reparto de los estratos sociales entre los centros educativos. Lo que se quiere evitar es la relación de los niños/as con determinados sectores sociales, y si llevo a mis hijos a un colegio donde no haya inmigrantes ni alumnos/as de etnia gitana estaré más tranquilo. Algunos, y repito algunos centros concertados, y algunos públicos, lo saben y juegan sus cartas para evitar tener población de este tipo y ser más apetecibles para la población "normalizada". Esta es la principal razón y no otra, aunque las demás también sean ciertas. No es que se mienta, es que no se dice toda la verdad. 
Dicho esto, cada cual puede elegir el colegio que quiera para sus hijos/as, pero asumiendo la realidad, que por cierto es muy legítima. A mi entender, se empobrece la capacidad competencial de los niños/as, que deberían ver todas las caras de la sociedad que ellos/as deberán mejorar en el futuro. Por cierto tienen mucho trabajo ¿Se podría solucionar la cuestión? Muy difícilmente, la realidad es que el urbanismo actual concentra a la "población marginal" en determinados sectores de las ciudades que hace que los colegios más cercanos deban asumir a este tipo de alumnado. La solución pasa por una redistribución, dentro de las ciudades, de los pisos de inserción social y huir de su concentración. También debería trabajarse el tema del transporte escolar dentro de las ciudades, con niños/as que siendo de otras zonas, y teniendo plazas escolares en las mismas, deciden trasladarse a centros sostenidos con fondos públicos en otro sector de la ciudad, y pagar una cantidad por dicho transporte. A lo mejor, y digo a lo mejor, podrían pagar parte de la plaza escolar a la que renuncian por trasladarse todos los días y que queda vacía. Y por supuesto, un control verdadero  y con decisión de todas las aportaciones "voluntarias" que deben realizar las familias en determinados colegios. Esta cuestión que todo el mundo conoce y que se trata de pasada con triquiñuelas legales, pero que en el fondo la Administración no quiere afrontar, y que sirve como freno para que las familias con necesidades económicas desistan de acudir a estos centros por no poder hacer frente a las donaciones, repito que "voluntarias".
 A lo mejor también se podría pedir en los conciertos de colegios de las grandes ciudades, que acompañando al mismo, fuese obligatorio que se concertase un centro en la zona rural, o que al menos, se ofreciese todos los años la posibilidad de pagar, desde la institución que regenta el colegio, becas para que los alumnos/as de las pequeñas localidades tuviesen la  misma "libertad" de elección. Además así veríamos terminada también la milonga de que la concertada sale más barata; asumiendo parte del gasto de localidades muy deficitarias en la gestión escolar, se repartiría entre las dos redes dicha carga, puesto que evidentemente, la escuela rural sale mucho más cara per cápita que la de los colegios completos, ¿pero tienen los niños/as de las localidades pequeñas menos derecho a una buena educación?

No hay nada como crear un mantra y repetirlo, la sociedad al final a base de oírlo repetidamente, lo da como cierto sin pararse a pensar en el mismo. No es cierto que la concertada sea mejor que la pública, pero tampoco al revés. Solo consiste en ser claros, elegir y asumir la elección, aunque a veces sea a base de admitir alguna incongruencia. Nos sobra ser políticamente correctos y nos falta ser consecuentes y claros con nosotros mismos y con los demás. Y que conste que a veces en el sitio más inesperado encontraremos una bella flor, siempre he dicho que en el mejor colegio del mundo puede tocarte un mal profesional, y en el que crees que va a ser desastroso te puedes encontrar con el mejor docente.