UNA PEQUEÑA APORTACIÓN DESDE MI HUMILDE EXPERIENCIA, SOBRE COMO SE PUEDEN INTENTAR SOLUCIONAR LOS PEQUEÑOS PROBLEMAS DIARIOS QUE SE PRODUCEN EN LAS ESCUELAS.
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martes, 29 de marzo de 2016

LOS NUEVOS MAESTROS/AS ESTRELLAS.

El Star System ha llegado al mundo educativo. Con las redes sociales y los medios de comunicación se está produciendo este fenómeno que hace unos años hubiese sido algo impensable. Desde hace un tiempo, no mucho, la tecnología avanza  a marchas forzadas. Antes, las innovaciones educativas, las nuevas teorías, eran algo circunspecto a los libros de pedagogía. Los teorizadores/as eran aquellos que desde una facultad, casi exclusivamente, accedían a las editoriales que publicaban sus libros o artículos. Esto tenía como consecuencia que, rara vez, las teorías se basaran en una práctica diaria y el contacto continuo con los niños/as; en ese aspecto hemos mejorado mucho.
Con el implemento de las redes sociales, muchos maestros/as de los de "a pie", nos hemos lanzado a compartir lo que hacemos, para así poder servir de ayuda a otros compañeros/as que pueden tener la misma problemática que nosotros, y que pueden encontrar en las soluciones que  se proponen, un punto de partida para la mejora de su coyuntura escolar.
Todo este movimiento está basado en el "quid pro quo", donde se comparte a la vez que se aprovechan los materiales y las prácticas de los otros. Es una experiencia maravillosa, puesto que parte de uno de los valores que más humanos nos hacen, la solidaridad.
Sin embargo, al abrigo de toda esta corriente, han surgido también las estrellas mediáticas, que al conseguir un gran número de seguidores, o tener una gran repercusión en los medios de comunicación de masas, olvidan el lugar donde deben y pueden ser eficaces, el aula.
No quiero decir que el impartir charlas y extender teorías pedagógicas no sea una función admirable, que puede ayudar a mejorar la práctica  de muchos maestros/as, y con ello el perfeccionamiento de todo el sistema. Pero a mi entender, no debería haber una desconexión total de la práctica docente; lo vengo comentando aquí desde hace mucho tiempo, es el ancla que nos ata a la realidad.
Por otra parte, debemos perfeccionar las innovaciones educativas día a día; la misma velocidad tecnológica que nos hace avanzar y nos da nuevas posibilidades a velocidad de vértigo, nos obliga a adaptar las teorías pedagógicas y didácticas, las segundas más todavía si cabe, casi a diario. No puedo implementar una práctica innovadora y dedicarme a difundirla sin mejorarla día a día y poner en práctica esas mejoras analizando los feed-backs que me van llegando.
Puede que caigamos en la tentación de centrarnos más en extender nuestros prácticas innovadoras que en llevarlas a cabo en nuestra práctica docente. La vanidad es peligrosa, y a todos/as nos gusta que nos reconozcan nuestra labor, que nos digan lo buenos profesionales que somos, pero no podernos quedarnos en esos cantos de sirena, es muy peligroso. La verdadera adulación debe venir de los resultados de la evaluación; y no me refiero a la de los niños/as, sino a la importante, a la de nuestro proceso educativo. La satisfacción no puede venir tan solo  cuando vamos a un gran restaurante, necesitamos encontrarla en el bocadillo que nos comemos todos los días.


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lunes, 28 de marzo de 2016

LOS DEBERES Y LA JORNADA ESCOLAR. JORNADA CONTINUA 9

Es un tema polémico, ciertamente de actualidad, por las campañas que se están emprendiendo por parte de algunas familias para favorecer el debate.
De entrada mi opinión es que no, no debe haber deberes. Pero una vez aclarado este punto, tenemos que reflexionar sobre lo que son los deberes, y la importancia del trabajo de la responsabilidad en los niños/as, desde el colegio y desde las familias.
No podemos caer en la tentación de buscar la felicidad absoluta de los menores, confundiéndola con su despreocupación por lo que les afecta, cargando los adultos con la responsabilidad de sus obligaciones, que puede que a ojos de un adulto sean "pequeñeces", pero que son la base sobre la que tiene que cimentarse su formación.
No es lo mismo, que desde la escuela se planifique la actividad de los alumnos/as con el reparto de las actividades entre el tiempo escolar y el tiempo familiar, a una estructuración ordenada de las obligaciones de los niños/as y su terminación y entrega en un plazo determinado. En la estructuración de dicho tiempo, los docentes tienen que contemplar todas las variantes que inciden en el trabajo escolar y, una vez determinado los plazos, exigir a los niños/as cumplirlo. Si por alguna razón los alumnos/as no han cumplido con los tiempos marcados, atendiendo a la responsabilidad de sus actos, deberán buscar otros momentos para cumplir con lo establecido.
Las familias no deben olvidar que es el profesional quien controla esta situación, y hacen mal si asumen como propia una responsabilidad que es de los niños/as.Les están haciendo un flaco favor. Pero también se lo están haciendo cuando sobrecargan la agenda de los menores con un montón de actividades extraescolares, que muchas veces se realizan a disgusto de los mismos, con la falsa creencia que a más presión externa, mejor formación.
En esta situación todos comentemos errores, los docentes porque no queremos entender muchas veces la idiosincrasia familiar, muchos de nosotros/as pensamos que lo único importante en la vida de los niños/as es su vida escolar, cuando la actividad deportiva, musical y social, puede ser mucho más formadora que el tiempo que pasa en la escuela o delante de los libros de texto. Me he tenido que escuchar alguna vez, como algún docente le decía a mi hija que era mejor que dejase el deporte y se dedicase a estudiar Historia, consiguiendo  tan solo una animadversión hacia el área.
Por eso no se puede estar en contra de lo que significa la actividad escolar en casa, que puede llegar a mejorar la relación padre/hijo, y que clarifica a los padres la situación escolar real de sus hijos. Pero no puede ser un recurso del docente para terminar de impartir el currículo, por una mala planificación del mismo o por un excesivo número de estándares que el niño/a debe adquirir, o lo que es peor por acabar la totalidad de las actividades que marca el libro de texto.
Ciertamente podemos realizar otro tipo de actividades académicas que agrupen dichos estándares para su adquisición por parte de los alumnos/as. Ese es el debe de los docentes. Tenemos que aplicar nuestra imaginación didáctica para que el proceso pedagógico sea positivo y eficaz.
Y debemos enlazar todo este debate con la organización de la jornada. ¿Puede hacerse equilibradamente si el niño sale de su casa a las ocho de la mañana y no regresa hasta las siete de la tarde, en el mejor de los casos, tras su paso por el colegio y las actividades extraescolares? Definitivamente no. La mejora no pasa solamente por la ausencia de trabajo escolar en casa, pasa por la facilidad para una mejor organización del mismo. Los mismos problemas que tiene la sociedad aragonesa para optimizar el tiempo laboral, los tiene en los tiempos escolares, es necesario un cambio, y creo que ahora es el momento.
Las dos cuestiones van de la mano, una es la vía por donde debe circular la otra. De nosotros/as depende.




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jueves, 24 de marzo de 2016

Contestando una pregunta de la entrada anterior.

D Bp ha comentado tu entrada de blog
Un par de cosas q no entiendo. Hablas de amplia mayoría a favor de una opción, pero eso no representa ni al 55% de los padres. Y lo de intereses personales solo en FAPAR?
No sé la razón por la que tu pregunta me ha llegado al mail, pero no sale aquí, de todas formas intento contestarte.
El 55% es sobre el censo, eso es lo que no es habitual y a mi parecer es torticero. Cuando España entró en la OTAN, en el referendum votó algo más del 59% del censo, y se aprobó con un 52% de votos a favor. O sea tres de cada diez españoles votaron a favor, y en la OTAN que estamos. Entiendo que quien no va a votar demuestra indiferencia, pero no asentimiento con el status anterior. Así con más del 70% de los padres votando a favor del cambio de jornada, hay colegios que se han quedado fuera. Las cifras se pueden ver de muchas maneras, pero en nuestra historia democrática, no encuentro muchos antecedentes de computar los resultados de esta manera.

En cuanto a los intereses personales, evidentemente cada uno tenemos los nuestros, pero si yo represento a un colectivo, deberé apostar por lo que la mayoría del mismo quiere, no por lo que me parece a mí. Si no estoy dispuesto a ello, tengo la digna salida de la dimisión, aunque en España sea tan inhabitual.

Un saludo

miércoles, 23 de marzo de 2016

LA VALIDEZ DE LOS REPRESENTANTES. JORNADA CONTINUA 8

Se están produciendo las primeras votaciones de la Orden de Tiempos Escolares, sorprendentemente y a pesar de las trabas que ha habido que ir sorteando, los proyectos están saliendo adelante en muchos centros. En estos momentos se está produciendo una mayoría de sí, y los que no lo están consiguiendo es por margen muy pequeño, en algunos casos menos de una decena de votos. Con el planteamiento que se ha establecido esto supone que más del 70% de los padres y madres que han ejercido su derecho a voto en estos últimos centros, han votado a favor del cambio de jornada, y a pesar de ello no lo han podido conseguir, en estos colegios se va a producir algún que otro  problema de convivencia , puesto que una mayoría  amplia de las familias han votado por una jornada distinta, y sin embargo continúa lo anterior.
Siempre he mantenido que los maestros/as no deberíamos habernos visto envueltos en el proceso, que no se trata de una reivindicación laboral, aunque acarrea unas condiciones laborales diferentes, que la conciliación familiar y las necesidades de los niños/as y de las familias debían ir por delante. Por lo mismo en una entrada anterior critiqué la intervención de los sindicatos, que a mi entender, no debían inmiscuirse en el desarrollo del proceso, por el flaco favor que creo que hacían al mismo.
Sin embargo más sorprendido me tiene la participación de FAPAR, es muy significativa la actitud negativa hacia la nueva jornada por parte de la federación. No quiero entrar en lo que ha podido suponer de empeoramiento de la imagen de los docentes para algunas familias, lo que no mejora en absoluto la coordinación familia-escuela. Se ha cargado contra un enemigo que no lo es. Todos debemos remar en la misma dirección, todos debemos tener un mismo objetivo, que es la mejora del sistema educativo para y por los niños/as.
 No se ha percatado de lo que supone estar siempre en contra de otro colectivo sin reflexionar que lo que se propone puede ser bueno para el que representas. NO todo en la vida es dicotomía, lo que perjudica a unos no tiene que beneficiar a otros y viceversa. Puede haber situaciones que beneficien a todos los colectivos, y por enfrentarte a quien consideras rival, no mejoras la calidad de vida de tu aliado.
Si se analizan las votaciones hasta ahora, en todos los centros en los que se ha votado, ha habido una gran mayoría de familias, a las que en teoría representa FAPAR, que son contrarias a la postura que ha mantenido la organización, incluso en los centros donde ha salido rechazado el proyecto. Creo que un análisis, y para nada ha de ser profundo, demuestra una estrategia muy equivocada. Puede ser, que no se hiciera un sondeo real de lo que querían las familias aragonesas, puede ser, que la inercia de los paradigmas, no les dejase ver esta situación, pero creo que la equivocación es evidente. No quiero pensar en intereses personales, ni en nada parecido, pero algo debería de pasar.
La coherencia marca que cuando un representante social, está tan en contra del colectivo al que representa, como está siendo en este caso, debería haber un replanteamiento. Lo más coherente sería convocar una votación para refrendar su posición dentro de la federación. Pero hay que se valiente, y no  habría que realizarlo con las votaciones de las Asociaciones, sino abrirlas a todos los asociados, para que pudiesen expresar su opinión, Entiendo además, que se debería buscar un margen de apoyo adecuado y que debería  de ser de un 55% de las familias censadas. Si queremos proteger un espíritu democrático debería buscarse siempre. Si desde FAPAR se actuase así, yo como padre de familia, me sentiría representado, si no es así, mi sentimiento será de frustración. No se puede dar la espalda a la realidad que representas.


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lunes, 21 de marzo de 2016

PERIODO DE ELECCIÓN DE CENTROS, LA DIFICULTAD DE LEGISLAR.

Se acerca el periodo de elección de centros escolares, y seguro que va a comenzar la polémica. El tema de la amplitud de las zonas escolares, el cierre de aulas en la red concertada y la red pública, todo esto son situaciones en las que,  las trates como las trates, vas a equivocarte, puesto que las órdenes deben de tener carácter generalista, y cada situación tiene su idiosincrasia particular.
Creo que solo podemos optar por una solución, tras dictar instrucciones con carácter general, deberían plantearse los casos excepcionales, y buscar soluciones particulares, aunque supusiesen un replanteamiento para algunas de estas situaciones .
Se está planteando hoy en prensa, el caso de los niños/as de Valdespartera que se han visto obligados a matricularse en colegios de la Romareda. Es cierto que están en la misma zona escolar, pero es verdad también que los niños/as deben recorrer varios kilómetros para llegar a su centro educativo, y lo tienen que hacer cuatro veces al día, volveríamos a entrar en este punto en el tema de la organización de tiempos escolares. La norma dice que las familias deben hacerse cargo de sus hijos, puesto que están en la misma localidad, y más todavía, en la misma zona escolar. Pero, ¿no sería más lógico entender la excepcionalidad de la situación y plantear una  ruta escolar gratuita para los alumnos/as de la zona de Valdespartera, que no eligieron los centros de la Romareda como su primera opción? Creo, que indiscutiblemente, sí. La norma puede ser buena en la generalidad, pero no creo que contemple la excepcionalidad de este caso. Se sabe que se está planteando solucionar el problema a futuro con la creación de varios centros en el barrio, es una buena medida, pero hay que solucionar también el problema del presente, las familias deben sentirse atendidas en su individualidad, no solo por el colegio de sus hijos, sino también por la administración.
Otra polémica es el mantenimiento de la red pública y la red concertada, aquí el debate es mucho más amplio, se esgrime la libertad de elección de centros como un argumento lapidario para el mantenimiento de la red concertada. No digo que como ciudadanos no podamos tener la oportunidad de elegir algo tan importante como el colegio al que deben acudir nuestros hijos/as, es más, creo que debemos tener esa oportunidad,y que es muy importante poder hacerlo con la mayor cantidad de opciones posible. De la misma manera podemos elegir entre una autopista de peaje y una autovía nacional. Pero cuando elijo la autopista, debo pagar el sobrecoste. No entro en que hay destinos en los que la elección no es posible, al igual que en el medio rural debo conformarme con la escuela pública, por cierto de gran calidad en los CRAs, pero la igualdad total de oportunidades es una quimera a la que debemos tender, pero siendo consciente de la realidad que nos rodea.
La red concertada nació como un elemento de apoyo en un momento determinado para paliar los problemas que surgieron con la escolarización de los niños/as. Por fortuna ese problema se ha solucionado, sería inmoral desmantelar la escuela concertada ahora que ya no tenemos el problema, pero tampoco consiste en desmantelar la pública, para mantenerla. Últimamente en las zonas donde ha habido que suprimir unidades, la gran mayoría de las mismas han sido en los colegios públicos.  A mi entender no tiene mucho sentido, aunque las preferencias de los padres/madres se dirijan hacia  los colegios religiosos. Es como si dedicásemos el presupuesto a mantener las autopistas y no las autovías, seguro que si hacemos una encuesta, la preferencia de todos es circular por las privadas, si no lo hacemos es por una cuestión presupuestaria. Debemos esforzarnos en que las que están disponibles para todos/as, pagadas con el erario público, estén en las mejores condiones posibles, y dar opción a quien, a pesar de ello, prefiera pagar por un servicio exclusivo.
Lo que es indudable es que no todos los centros concertados atienden al mismo tipo de población, los hay que no tienen matriculado a ningún alumno/a perteneciente a minorías étnicas o sociales, y los hay también,  que se nutren mayoritariamente con este tipo de población. Aquí también se deberían atender las individualidades. Quien quiera un colegio donde su hijo/a no se mezcle con determinada población, está en su derecho a hacerlo, pero debe pagarlo. Quien quiera acudir a un colegio con concierto o deba acudir al mismo por no tener una escuela pública cercana, tiene una necesidad que debemos cubrir entre toda la sociedad. No podemos dejarle abandonado a su suerte, pero hay que analizar todas las problemáticas individuamente, no vale aquí tampoco el café para todos/as a rajatabla.


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jueves, 17 de marzo de 2016

FORMACIÓN DEL PROFESORADO: CIFES

Leía ayer en  el fantástico blog de Marisa Álvarez "En el recreo", un artículo sobre los asesores de los CIFES. En el mismo, Marisa desmonta mucho de los mitos que circulan en el mundo de la docencia sobre las funciones de los asesores/as. Es cierto que tendemos a generalizar sobre las funciones de dichos profesionales, aplicando a todos/as la realidad de unos pocos. Pero en este país es algo general, tendemos a desprestigiar la labor de todo un grupo, tan solo analizando la labor de sus miembros menos eficaces.
Es cierto, como dice Marisa, que algún asesor/a lo es por ser amigo/a de algún responsable educativo, que está más cerca de su casa que en el destino que le correspondería, y que se dedica a repetir la misma charla de formación allá por donde va, adaptándola con calzador al tema propuesto en cada momento. Pero también es cierto, que en el colectivo, hay un gran número de personas competentes que creen en su labor, y que apuestan por una mejora del proceso educativo a través de la formación docente. Aquí le doy toda la razón.
Creo que lo que sí que se produce en la mayoría de los casos, es una desconexión con el mundo real de la escuela. El no acudir durante varios años a la realidad diaria de los centros, hace que se pierda cierta perspectiva, y que la conexión con los docentes a los que luego hay que formar esté diluida y sea menos provechosa. Por eso, a mi parecer, es interesante la idea de que los formadores/as no se desligasen totalmente de los centros educativos, que mantuviesen unas horas de clase semanal. No deberían ser muchas, podría incluso  tratarse de actividades de refuerzo educativo para planificar más fácilmente dicha aportación. Sé que puede parecer costoso, pero el tener que acudir al colegio o el IES una mañana semanalmente, no me parece una traba excesiva en el trabajo del asesor/a a cambio de todo lo que se ganaría.
De momento el comentario diario de los compañeros/as, que harían ver una realidad más cercana. No es lo mismo acudir a un centro a una visita de formación, que tener una referencia semanal. Por otro lado, el contacto con los alumnos/as, energía necesaria para un docente; no me cabe en la cabeza un maestro/a que no necesite esta relación.
El problema que puede surgir es logístico, pero no existen esos problemas, siempre se puede y se debe encontrar una solución a estas problemáticas. Económico tampoco, quizá el asesor deba retraer algo de tiempo de su labor en el CIFE, pero no supondría la creación de demasiadas plazas adicionales.
No tiene nada que ver con la figura del COFO, figura que no se encuadró lo suficientemente bien y que rara vez supone una dinamización real de las necesidades de formación de los centros educativos.
Sería cuestión de replantearse las dos figuras, y relacionarlas con el servicio de inspección educativa.
Creo que nadie mejor que el Inspector/a de referencia de un colegio, para conocer cuáles son las debilidades pedagógicas de un determinado centro, y es desde aquí desde donde se deberían implantar y gestionar los planes de formación, pero eso lo trataremos en otro post. Cuando hablamos de la formación en los colegios, no basta con ver la imagen que creemos tener, nos tienen que hacer ver la que desde fuera se tiene de nosotros/as. De la misma manera, los formadores no tienen que conocer esta realidad desde una imagen, sino desde su propia experiencia cotidiana.

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