Estos días llegan un montón de mensajes a través de las redes
sociales felicitando el año nuevo y las navidades, son mensajes prefabricados
que dependiendo del éxito que tengan, pueden llegar varias veces por diferentes
conductos. No me gustan mucho, pero los agradezco, puesto que suponen un
recordatorio de cariño desde las personas con las que tienes relación.
También están
llegando otros donde se magnifica la labor de los docentes mostrándonos poco
menos que como héroes. Estos últimos me gustan bastante menos. Parece que la
labor que realizamos es una proeza, que las tareas vinculadas con nuestra labor
profesional sean más prestaciones sociales desinteresadas, que las propias de la profesión que ejercemos.
Es cierto que la nuestra, como el resto de profesiones, se puede desarrollar
bien o mal. Es también verdad, que basta con un docente que realice su labor de malas maneras, para que se generalice esa posición y se extienda al resto del
colectivo. Pero no nos engañemos, eso pasa en todos los sectores profesionales.
No creo que acudir al centro flexibilizando tu horario para amoldarte a las
necesidades laborales de los padres de cara a una entrevista sobre su hijo, el
preparar tu labor con los materiales adecuados a cada situación, el desplazarte
a la localidad donde ejerces tu profesión, el gestionar una excursión, y el
formarse para ser cada vez mejor docente, tenga más valor que el trabajo
realizado por el peón que construye la carretera, el médico que acude a un
congreso, o el carnicero que antes de abrir todas las mañanas prepara las hamburguesas
para que estén preparadas a la hora de la llegada de los clientes. Creo, que el
pensar de esta manera sobre nuestra labor, no es en absoluto positivo. Es
cierto, que debemos realizar nuestra función docente de la mejor manera posible,
somos profesionales, como tal debemos actuar, ya lo he comentado en otras entradas; pero el hacerlo con la dedicación necesaria, no es actuar como prohombres, es
actuar como ciudadanos, y ni siquiera ejemplares, tan solo buenos ciudadanos.
Si nosotros no
tenemos ese concepto claro, malamente podremos hacer que los niños/as lo
aprendan. Ser profesional es eso, cumplir con tu obligación de la mejor manera
posible, y más, si en el desarrollo de tu labor se influye sobre personas, como
es nuestro caso, pero no podemos olvidar que
también se da en otras muchos, como la de un tendero, un médico, un
abogado, o mil más .
Quizá, el caso
contrario nos obligue a magnificar nuestra labor de vez en cuando para poder
aumentar nuestra autoestima profesional, y es que las sociedad no nos valora en
exceso y se habla tan solo de nuestras vacaciones, de nuestro horario de
trabajo, de nuestra seguridad laboral, esto se da tan solo en algunos casos, o
de nuestro sueldo. La sociedad y nuestro país, caminan hacia una precariedad
que hace que se vean con cierta envidia algunas situaciones laborales que no
han caído todavía en la precariedad. Y el ser humano es así, si no puede tener
algo, no soporta que un conciudadano sí que lo tenga;” o yo o nadie”. Así de
triste es la realidad, pero no por eso podemos ponernos como paladines de la dignidad
humana por el mero hecho de ser docentes, puesto que repito, como en todas las
profesiones los hay muy buenos y muy malos. Lo que debemos hacer es demostrar
nuestra profesionalidad, para que la sociedad empiece a valorarnos por lo que
somos, y el andar se demuestra andando. Un profesional, es aquel que es capaz
de resolver un problema por muy concreto y difícil que sea, saliéndose de una
actuación generalizada que pueda realizar cualquier otra persona. Si los
docentes nos empeñásemos en ser profesionales
nos bastaría, no necesitaríamos ensalzar nuestra labor de forma artificiosa,
puesto que si lo hacemos solo vamos a caer en generar el efecto contrario, rechazo
por la fanfarronería que emana de resaltar una labor por encima de las demás. Además
está el poder caer en el error de pensar, que la pertenencia a un gremio, puede tapar la incapacidad profesional a nivel
individual, que también puede darse en algún caso.
Yo puedo repetirme
mil veces que soy un gran músico. Pero mientras no obtenga los aplausos del
público no será una realidad.
IMAGEN ALBA LAMUELA
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