Al día siguiente emprendes otra ascensión y así sucesivamente.
Con los años, te vuelves más experimentado y eres capaz de vislumbrar el mejor camino y el más fácil de seguir, consigues optimizar esfuerzos, pero paralelamente tu cuerpo necesita periodos de descanso más prolongado.
Esto mismo pasa cuando ejerces una labor directiva en un colegio. Llega un momento en el que tu cuerpo, tu mente y tu vocación de maestro te piden un poco de relax. Y ese descanso creo que es mejor si es total, si consigues estar un periodo de tiempo, aunque sea pequeño, sin tener tu mente ocupada en cosas de escuela. Estoy convencido que a la vuelta, con las pilas descansadas y cargadas, uno es capaz de volver a dar el 100% de sí mismo.
Por eso, creo que no es solo el momento de dejar la Jefatura de Estudios del colegio, también necesito apartar mi mente por unos días de cualquier problemática educativa, y por lo tanto, voy a tomarme un descanso, durante el verano, y no voy a compartir mis reflexiones desde aquí. Espero retomar en septiembre esta labor. A mí me sirve para aclarar mis ideas y los feed-backs que recibo amplían mi visión del mundo educativo, personalmente es muy enriquecedor y lo recomiendo.
La verdad es que aunque esté cansado, las vistas que se ven desde esta montaña son motivadoras y ayudan a seguir adelante, aunque ahora mismo, mi cuerpo me pide una jornada de descanso. Hasta septiembre.
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