Estamos desarrollando en el centro, un seminario sobre el perfil
competencial que debe tener un docente, y lo hacemos dentro del colectivo Atlántida en
Aragón. Somos varios colegios los que estamos en el tema, y además
interrelacionados, desde dicho colectivo, con docentes del resto de España, en una
función que es más que interesante. A través de Atlántida Aragón, escuchamos y
compartimos una gran cantidad de visiones sobre dicha capacidad competencial,
y además, analizamos las que aportan expertos sobre el proceso educativo.
Es importante definir como debe ser un buen profesional docente, para así, poder aproximarnos a la excelencia competencial. Nos ayuda a marcar el camino a seguir cuando programamos y desarrollamos el proceso educativo con nuestros alumnos. Ya digo, grandes profesionales están aportando sus puntos de vista, que no vienen marcados por desarrollos teóricos, sino en la mayoría de los casos, desde la experiencia profesional .
Es importante definir como debe ser un buen profesional docente, para así, poder aproximarnos a la excelencia competencial. Nos ayuda a marcar el camino a seguir cuando programamos y desarrollamos el proceso educativo con nuestros alumnos. Ya digo, grandes profesionales están aportando sus puntos de vista, que no vienen marcados por desarrollos teóricos, sino en la mayoría de los casos, desde la experiencia profesional .
Sin embargo, nos
hemos olvidado, a mi entender, de la opinión de los más involucrados en dicho proceso,
los propios alumnos/as. Puede que sean niños, que no tengan experiencia de
vida, pero desde luego son muy inteligentes y saben lo que quieren y lo que les
hace progresar más y mejor competencialmente. Así que me he propuesto
preguntarles a mis propios alumnos de sexto de primaria, sobre cómo
debería ser el docente tipo que quieren encontrarse el próximo curso en su
acceso a la educación secundaria. Lo he hecho desde una situación
futura, sin conexión con el colegio, para salvar las interferencia a nivel
personal, y evitar, en la medida de los posible, que extrapolasen filias o
fobias actuales hacia docentes del centro.
La encuesta ha
sido abierta, para no mediatizar sus respuestas, y la he planteado desde cuatro
ámbitos competenciales.
El primero, a
nivel de la competencia curricular, les he preguntado: ¿Qué debería saber el
docente?
De las respuestas obtenidas he sacado una conclusión meridiana, La
mayoría tienen muy claro que debe conocer con profundidad los contenidos, pero
muchos, también hacen referencia a que deben conocer metodologías
adecuadas para que dichos contenidos sean accesibles a los alumnos/as.
Muy interesante que aquí asocien los elementos didácticos a los conocimientos
de los contenidos propios del área que se está impartiendo, y les asimilen en el mismo valor competencial.
El segundo, a
nivel de competencias metodológicas, les he preguntado ¿Cómo debería enseñar?
Ha habido algunos
casos que no han sabido delimitar la respuesta al ámbito de la pregunta, pero
entre los que sí que lo han hecho, se han decantado por aprendizajes cercanos a
su realidad y aprendizajes gamificados. Curiosamente ninguno se ha definido
partidario de metodologías centradas en la memorización de contenidos, aunque en otras respuestas se decantasen por soluciones nada "innovadoras".
El tercero, a
nivel de competencias tecnológicas, les he preguntado: ¿Qué tendría que saber
utilizar?
La mayoría no ha
resaltado la importancia del dominio de las nuevas tecnologías, es más, han
vuelto a hacer referencias a cuestiones metodológicas. Solamente unos pocos
alumnos/as las han mencionado expresamente. Sin embargo, a través del contexto,
creo que mucho de los que no han señalado su importancia, es porque dan por
supuesto su dominio, han nacido en un mundo tecnificado y no comprenden que su implantación ha sido reciente, para ellos/as es algo natural el uso de las TIC. Pero puede que mi criterio personal interfiera a la hora
de realizar dicha valoración, por lo que no me atrevo a afirmarlo. De todas formas relevante que no haya una mayoría de referencias al dominio de la tecnología. Podría tratarse así mismo, de que estuviesen acostumbrados a tener un dominio similar, o superior, al del docente, y haberse acostumbrado a buscar esta mejora competencial desde escenarios distintos al docente y la escuela. Para reflexionar.
El cuarto, a nivel
de competencias emocionales, les he preguntado: ¿Cómo te gustaría que el
docente se relacionase contigo?
Aquí una gran mayoría han respondido que desde
la cercanía y la proximidad afectiva, sin embargo, es de destacar que alguna
respuesta ha solicitado un alto grado de disciplina, pero no para el grupo,
curiosamente para sí mismos/as. Lo que me hace suponer que no es que estén
valorando negativamente el ambiente general, sino muy al contrario, su grado de
responsabilidad personal, y quizá en estos casos, el trabajo sobre la autoestima y la responsabilidad que estamos llevando a cabo, no está teniendo los resultados esperados.
Así que creo, que
deberían de ser los expuestos, los puntos de partida desde los que deberíamos
comenzar nuestro trabajo de definición de la competencia profesional docente. De cara a mi labor profesional, me ha supuesto de gran valor evaluador.
Yo, a través de mi experiencia docente, tenía claros muchos de estos aspectos, pero que
los alumnos/as me los corroboren, o que me señalen la menor importancia de
algunos de ellos, es muy revelador. Os propongo a todos/as, que realicéis este
pequeño experimento, para luego analizar si os aproximáis profesionalmente al
perfil que solicitan vuestros alumnos.
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