Durante este curso, voy a hacerme cargo de dos grupos de
"compensación" educativa. Un grupo con alumnos/as de quinto de
primaria, y otro con alumnos/as de sexto. El trabajo con el segundo ya lo he
tratado aquí varias veces, el curso pasado emprendimos un proyecto para la
creación de una empresa que se dedica a la elaboración de catering de cocina,
elaborando ágapes. Nuestra intención es retomar el trabajo del año anterior y elaborar el almuerzo que se
suele realizar con los maestros/as del colegio el último día de clase. Para
este grupo disponemos de dos sesiones semanales, por lo tanto, no vamos a
implementar ninguna tarea adicional, y creo que tenemos trabajo y competencias
a mejorar hasta final de curso a través del proyecto planteado. De todas formas, conforme vayamos elaborando
recetas, las iré compartiendo, con el fin de ir poniendo los dientes largos.
Con el grupo de
quinto es distinto, son seis sesiones semanales, y la mayoría del grupo se ha
incorporado al apoyo durante el presente curso escolar. Además son mucho más
dispersos y les cuesta mantener la atención, por lo tanto, trabajar sobre un
mismo proyecto, se nos puede hacer muy cuesta arriba. Por otro lado, el curso
pasado trabajé con un grupo de tercero de primaria por retos, y esa posibilidad
se les queda demasiado corta. Así que la solución la he encontrado mezclando
varios proyectos y algún que otro reto.
Así hemos
programado con ellos diversas tareas que combinamos a lo largo del trabajo
semanal. El principal proyecto a realizar en este trimestre, es el arreglo de
las vallas del huerto del colegio, las hemos reparado y las estamos pintando de
diversos colores. Esta actividad les parece motivante y les ilusiona. Voy a analizar aunque sea someramente las competencias en las que estamos incidiendo.
La competencia
matemática la trabajamos desde las combinaciones de colores que vamos pintando
en la valla, ellos/as eligen como lo hacen, pero luego trabajamos sobre los
patrones que se van repitiendo, También con los estudios del rendimiento que
nos dan los botes de pintura, y en los presupuestos iniciales y finales que
llevamos a cabo.
La competencia
lingüística está trabajada desde el diario de trabajo que elaboran,
primero en su cuaderno, y más tarde en un documento ofimático.
La competencia
digital en la elaboración de dicho documento, así como en la búsqueda de
imágenes que nos ilustran y en la de materiales que son necesarios para
realizar nuestro trabajo.
La competencia emprendedora
está trabajada desde las decisiones que toman a la hora de organizarse el
trabajo, y en la estructuración y planificación del mismo.
La competencia que
incide sobre la conciencia y expresión cultural está trabajada en la elección
de los colores que estamos utilizando y en su disposición a lo largo de la
valla.
La de aprender a
aprender al elaborar el planing del proyecto, teniendo en cuenta la
priorización de tareas y su secuenciación temporal.
Por último la
competencia social y ciudadana la trabajamos en la relación que se establece
entre los miembros de un mismo grupo de trabajo, grupos que van variando de día a día, y
en la canalización de la competitividad que va surgiendo de unos a otros.
Como he dicho este
proyecto lo simultaneamos con más retos y tareas, como la elaboración de un
cuento de navidad que leeremos a los alumnos/as de E. Infantil, un campeonato
del juego de los chinos, un campeonato de bingol, una competición de resolver
acertijos y todo aquello que va surgiendo y que les llama la atención, no creo
que haya mejor factor motivador. Lo importante es lo a gusto que trabajan todas las competencias y la sonrisa de sus caras cuando voy a buscarles a las clases "normalizadas".
Iré comentando
todas ellas poco a poco en futuras entradas.
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