Estamos en un momento en el que el show business está
tomando posiciones en el mundo educativo. No me parece que sea algo malo, pero
desde luego tampoco positivo. Creo que son cosas que no se pueden compaginar
adecuadamente, son dos ingredientes que no marinan en absoluto bien.
A mi parecer, todos los
docentes, o casi todos, coincidimos en este punto. Sin embargo también estoy
convencido de que somos los maestros quienes tenemos gran culpa de esta
situación.
Han aparecido en
los últimos años un montón de gurús educativos que de pronto, empiezan a tener
gran influencia en los maestros/as que quieren ser "cool" y estar a
la última. Si quieres ser un docente innovador parece que es necesario conocer y
seguir las teorías de estos "gurús".
Antes de la explosión de las redes sociales, editaban sus libros y los pedagogos podían seguirlas y teorizar sobre ellas, incluso adaptarlas a su realidad docente para llevarlas a la práctica, pero estaban alejados de la realidad diaria de los colegios, muchas veces negativamente, por la poca motivación renovadora de los docentes. Sin embargo con el altavoz de las nuevas tecnologías se han convertido en "populares" y parece que si no los nombras, aunque sea en una "morcilla" a la hora de describir tu propia práctica educativa, no eres un docente eficaz. Ni una cosa ni la otra.
Antes de la explosión de las redes sociales, editaban sus libros y los pedagogos podían seguirlas y teorizar sobre ellas, incluso adaptarlas a su realidad docente para llevarlas a la práctica, pero estaban alejados de la realidad diaria de los colegios, muchas veces negativamente, por la poca motivación renovadora de los docentes. Sin embargo con el altavoz de las nuevas tecnologías se han convertido en "populares" y parece que si no los nombras, aunque sea en una "morcilla" a la hora de describir tu propia práctica educativa, no eres un docente eficaz. Ni una cosa ni la otra.
Siempre ha creído
en la bondad de la red como favorecedora del compartir docente. Me parece que
el poder dar y recibir experiencias que llevan a cabo otros compañeros/as es de
un gran enriquecimiento profesional, pero creo en el compartir de forma
horizontal, entre iguales, no me sirve hacerlo verticalmente, donde alguien favorece
a los demás con su experiencia pero sin imbuirse de la de los otros.
Todas las buenas
experiencias pueden ser positivas para adaptarlas a nuestra realidad, pero
indudablemente, las que son más cercanas a nosotros son mucho más fáciles de
importar. Es lo normal, puedo adaptar para mi equipo de baloncesto situaciones
teóricas y de dirección de equipo del seleccionador de balonmano, pero me serán
más útiles las situaciones que plantee el entrenador de un equipo de baloncesto de mi club.
Por eso, son muy
interesantes las teorías de Ken Robinson y Howard Gardner, pueden ser utilizables en mi cotidianeidad
profesional, pero sin duda las soluciones que han encontrado y puesto en
práctica mis compañeros/as me van a resultar más útiles. Pueden que sean menos
imaginativos, pueden que los resultados no estén comprobados científicamente,
pero al ser más cercanos a mi realidad podrán adaptarse con mucha
menos dificultad.
Por eso a la hora
de buscar formación, a la hora de mejorar nuestra práctica, deberíamos fijarnos
menos en lo que plantean los "grandes docentes" y más en lo que
plantean nuestros compañeros/as más cercanos. Es mucho más eficaz un seminario
que una conferencia por muy buena puesta de escena o divertida que sea. Si
después de escuchar a uno de estos grandes pensadores, no bullen en nuestra mente actividades que podemos plantear en el aula, sino que tan solo nos hemos
quedado con la sensación de lo bien que nos lo hemos pasado o lo divertido que
ha sido el ponente, no nos ha servido de nada. Hemos asistido a un gran
espectáculo y no a una sesión de formación. Seguiremos sin desenredar las
cadenas de nuestro potencial profesional.
Imagen: Alba Lamuela
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