El otro día visionaba en twitter un debate sobre el intrusismo
laboral en el campo de la enseñanza. No me gusta en exceso hablar de intrusismo, porque creo que la formación puede venir desde muy diferentes lugares. Un
título te da la capacitación administrativa, pero mucha personas pueden
colaborar en la escuela sin tener la titulación de maestro, y pueden aportar cosas
muy positivas que algunos maestros/as no son capaces de transmitir. Pero no es el
debate en el que quiero entrar, uno de los participantes planteaba si los
maestros que debían atender la "compensación" educativa debían ser especialistas en pedagogía terapéutica o si el abrirlo a los maestros
generalistas era intrusismo laboral. A mi entender no podemos asimilar una deficiencia
intelectual con la deficiencia social. La primera necesita de una metodología
específica que requiere una formación concreta. La segunda necesita tan solo
mucha vocación, ilusión, imaginación y energía. Todos/as los maestros/as
podemos aportar estas últimas cualidades. Es cierto que este trabajo, si la voluntad es
la de hacerlo bien y no la de sobrevivir hasta que recoja el
testigo otro compañero, es altamente absorbente.
Los ACNEEs también lo son, pero el docente se mentaliza desde la realidad de la incapacidad en el aprendizaje de muchos estándares de estos alumnos/as. No se trata de una cuestión de voluntad sino de capacidad, todo el mundo es capaz de ser empático con estos alumnos/as, y aunque reitero que necesitan mucho esfuerzo, y una especialización muy concreta, no nos producen desengaños, sí que pueden generarnos cierto grado de insatisfacción profesional, pero rápidamente nos damos cuenta que es un sensación errónea e injusta hacia nosotros/as y la desechamos.
No ocurre los mismo con los alumnos "compensatorios", en este caso sí que pueden, se trata de una cuestión de voluntad y no de capacidad. Pero no es una voluntad individual, es una cuestión motivacional. Es su entorno el que no les facilita el acceso a su formación. Es algo que casi nunca se valora, muchas veces, al contrario, la escuela se considera un valor negativo. Por ello las estrategias de aprendizaje que debemos utilizar no se parecen a las que se usan en la pedagogía terapéutica. Se deberían parecer mucho a los que aportamos a una clase "normalizada". Es cuestión de incrementar el factor motivacional, y usar metodologías activas muy separadas de los libros de texto que se encuentran alejados de la realidad de los niños/as. Como he dicho, deben estar cercanos a los que utilizamos, o deberíamos utilizar.
Los ACNEEs también lo son, pero el docente se mentaliza desde la realidad de la incapacidad en el aprendizaje de muchos estándares de estos alumnos/as. No se trata de una cuestión de voluntad sino de capacidad, todo el mundo es capaz de ser empático con estos alumnos/as, y aunque reitero que necesitan mucho esfuerzo, y una especialización muy concreta, no nos producen desengaños, sí que pueden generarnos cierto grado de insatisfacción profesional, pero rápidamente nos damos cuenta que es un sensación errónea e injusta hacia nosotros/as y la desechamos.
No ocurre los mismo con los alumnos "compensatorios", en este caso sí que pueden, se trata de una cuestión de voluntad y no de capacidad. Pero no es una voluntad individual, es una cuestión motivacional. Es su entorno el que no les facilita el acceso a su formación. Es algo que casi nunca se valora, muchas veces, al contrario, la escuela se considera un valor negativo. Por ello las estrategias de aprendizaje que debemos utilizar no se parecen a las que se usan en la pedagogía terapéutica. Se deberían parecer mucho a los que aportamos a una clase "normalizada". Es cuestión de incrementar el factor motivacional, y usar metodologías activas muy separadas de los libros de texto que se encuentran alejados de la realidad de los niños/as. Como he dicho, deben estar cercanos a los que utilizamos, o deberíamos utilizar.
He colgado
diferentes entradas de como trabajamos con los grupos de compensación del
colegio. Puedes verlos aquí.
Se trata de actividades basadas en el ABP, donde la motivación viene dada
desde la cercanía de los alumnos/as y donde son participes en la programación
de lo que se elabora y van ayudando en la elección del camino a seguir. Por lo
tanto creo que el trabajo con estos niños/as es trabajo de MAESTRO/A así con
mayúscula. Se trata de subir una escalera muy empinada, pero por algo hemos
elegido esta profesión.
IMAGEN ALBA LAMUELA
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