Si hasta este curso escolar, cuando alguien no obtenía plaza en primera opción en un colegio público, era necesario contemplar la posibilidad de no asignarle por decreto un concertado, aunque por normativa sea posible, porque son opciones con las suficientes diferencias como para que se contemple esta problemática; ahora, y en este caso, la visión de la situación debería ser la misma.
Cuando se publicó la Orden de tiempos escolares se deberían haber revisado estas variables. Esta cuestión no puede causar sorpresa, era más que previsible. El problema es el número y a la vez no lo es, puesto que el dilema moral debería surgir al contemplar un caso o cien. Ciertamente si el número de solicitudes que se han quedado sin plaza fuesen pocas, la Administración podría argumentar, que por cuestiones económicas, no puede abrir una vía nueva con una ratio muy por debajo de los límites, pero veintiséis da para abrir otra vía y estirar la ratio hasta el máximo legal. No cabe el argumento pues de la optimización de aulas.
Se podía presuponer que los colegios que ofertasen jornada continua iban a tener mayor demanda. No en vano, cuando en nuestro colegio nos quedamos a tan poco número de votos para aprobar el proyecto, mi queja, como Jefe de Estudios, era que el efecto llamada que podría tener el cambio de horario con respecto a la matricula, se había perdido.
Creo que después de haberse esgrimido en el rifirrafe de comentarios que surgieron tras la publicación de la Orden, un montón de argumentos "pedagógicos" para defender las dos posturas y que nunca hubo un escrito o una manifestación pública por parte de la Administración para desmentir o apuntalar los mismos, aunque se sabía que tanto unos como otros eran falaces, y que lo importante era la situación de la conciliación familiar, ahora no se pueden obviar.
Si una familia apuesta por la matriculación de su hijo en un centro con un determinado horario, es porque cree que "pedagógicamente" es mejor para el niño/a, de la misma forma que si apuesta por un colegio con una determinada confesionalidad religiosa, es porque también cree que los valores que se van a inculcar al alumno/a son positivos. Si esta última postura se respeta, o al menos se intenta, de la misma manera habría que contemplar el tema del horario escolar.
Es difícil legislar, y más si se quiere tener contenta a una mayoría de la población. Lo que a uno les beneficia a otros no tanto, y luego están los que siempre se van a poner en contra, hagas lo que hagas por el simple hecho de haberlo realizado. Todo esto es consustancial a la actividad política, pero para equivocarse lo menos posible, hay que tener muy claros los objetivos y ser coherente con los mismos, aunque eso suponga tener momentáneamente algunas voces en tu contra. A la larga esto dará fuerza y consistencia a las futuras actuaciones que se deban tomar.
Por eso creo que es un error no abrir ahora ese aula en el colegio La Almozara, con su apertura se reconoce la posibilidad de las familias de apostar por otro modelo de organización. Es llevar al último extremo la posibilidad que se ha abierto este curso de elección de jornada y respetar el debate que se abrió acertadamente sobre esta cuestión.
También hay que hacer una evaluación del proceso, todos debemos hacerla, no solo los alumnos y los docentes y ver hacia dónde camina la voluntad de la sociedad que se está gobernando, para hacer un buen feedback y realizar las modificaciones necesarias en próximos cursos, que rectifiquen lo menos acertado de la labor actual.
Hay que tender puentes, pero después, ni hay que poner cortapisas para cruzarlos, ni hay que tener miedo a pasar por encima de ellos.
Imagen http://enfocandoaalba.blogspot.com.es/
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