La cuestión es que se está produciendo un descenso notable en el número de niños/as matriculados. Nosotros todavía somos más sensibles a esta problemática. El barrio donde está el colegio tiene unos treinta años de antigüedad, y la mayoría de su población ya no tiene hijos en edad escolar. Todas las plazas que se crearon, cuando llegó el boom a las escuelas, se están mostrando ahora como excedentes.
La Administración tiene que actuar ante esta problemática, debe cerrar aulas para que las mismas estén en un número que sea adecuado, pero tiene que tener cuidado, a nosotros nos cerraron varias durante los cursos pasados, y en lugar de ser un ajuste, se ha producido una presión de la que nadie se quiere hacer eco, llegando en los cursos de Educación Infantil a la ratio máxima más dos, o sea, al límite de los números que marca la normativa, la situación es más sangrante si se compara con la ratio de otros colegios de la zona.
Por nuestro tipo de población, en las épocas de bonanza, diez años atrás, teníamos fuera de cupo hasta dos docentes que estaban asignados para hacerse cargo del programa que entonces se llamaba "Educación Compensatoria". Con la maldita crisis y el ajuste de plantillas, estos profesionales desaparecieron de la composición del claustro, pero no así el tipo de alumnado, que no ha variado, aunque hayamos conseguido corregir muchas de las malas actitudes gracias a la labor desarrollada por el colegio, de lo que estamos muy orgullosos/as. De todas formas creo que el poder asignar a estos niños/as un maestro especializado en su proceso educativo, que utilizase el ABP, que consiguiese una motivación desde la individualización y la cercanía a sus realidades personales sería más que interesante, incluso sería de justicia.
Dado que se están cerrando vías por la disminución de alumnos/as, ¿no sería ahora el momento de recuperar aquel programa y revertir la situación que se dio por la crisis?
Sin duda alguna que sí. Estamos hablando de la innovación como bandera de la actuación del departamento de Educación. Si la hemos ligado a algo a lo que va unido con alfileres como los tiempos escolares, ahora es el momento de utilizar la reducción de matrícula, ya no solo para reducir ratios, algo que en sí mismo es positivo,también hay que hacerlo para poder dar un impulso otra vez a la discriminación positiva. Hay que considerar las diferencias que marcan las realidades sociales de las familias y los centros que atienden a las más problemáticas, y dedicarles una atención especial. Esto es política social, no solo dar una beca sin ningún tipo de seguimiento posterior.
Si se quiere apostar por la innovación estamos en el momento, no pensemos en el ahorro económico en educación, pensemos en aumentar las áreas de trabajo donde se puede invertir, acabo de referirme a una, pero hay muchísimas más. No pongamos barreras en el mar, si queremos innovar hagámoslo en el mar no digamos que tenemos voluntada de navegar, para posteriormente hacerlo solo en un pantano.
Imagen http://enfocandoaalba.blogspot.com.es/
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