Nuestro colegio es uno de los que más becas de comedor gestionan en la Comunidad Autónoma. Además no gestionamos solamente las que concede el gobierno
aragonés, también ponemos a disposición de nuestros alumnos/as, otras que
otorgan ONGs, como Ayuda en Acción, Aldeas Infantiles y la Junta de Distrito.
Entendemos que es una labor de política social, y además, estamos encantados de
gestionarlas.
Pero con bastantes más de cien, nos encontramos con casos muy curiosos.
Hoy mismo,
ha acudido una madre de familia, con varios hijos becados, pidiéndonos que no
diésemos carne a sus hijos. Le hemos contestado que dentro den los menús que
ofrece la empresa, solo hay uno especial para diabéticos, y otro para
musulmanes, que hiciese uso de este último. La madre que portaba un velo musulmán,
no estaba satisfecha con nuestra respuesta, creo que por la inseguridad de que los
animales hayan sido sacrificados según el rito "halal", y nos pedía
con insistencia que no diésemos carne a sus hijos, solo pescado y primeros
platos. Le hemos contestado, que nosotros, nos ateníamos a los menús facilitados
por la empresa, y que si sus hijos hacían uso del comedor escolar, debían comer lo
que dicho menú contenía ese día, si eso no le satisfacía siempre podía renunciar
al uso del servicio. Efectivamente, nos ha comentado que subía al
Servicio Provincial de Educación y que hoy no dejaba a sus hijos a comedor.
Los niños disponen de una beca de comedor, entendemos que si alguien es
beneficiario de la misma, es por tratarse de un caso de necesidad, y la
necesidad no entiende de ritos religiosos. Si la madre antepone la religión al
hambre, podemos encontrarnos ante dos situaciones, la primera que no se trata
de un caso de urgente necesidad, y por lo tanto la beca no es tan urgente, la segunda que la sinrazón ha llamado a su
puerta.
Podíamos ceder ante su exigencia y dejar que sus niños no comiesen carne,
pero ese alimento está pagado, y pagado por todos los contribuyentes, si las
convicciones morales o religiosas de alguien le impiden aprovechar una ayuda al
ciento por ciento, lo más solidario es renunciar a ella, para que pueda
aprovecharla alguien en su totalidad, y más si ya se tienen en cuenta las
particularidades religiosas, ofreciendo un menú para musulmanes.
Ahondando en
el tema, deberíamos, por otro lado, dejar que quien no quisiese verdura, pasta
o pescado dejara de comerlo, y el control de la alimentación de los niños,
sería inabordable. Enseñar a comer, con una dieta equilibrada, es una de
las labores del comedor escolar.
Conozco a padres/madres que son vegetarianos, no por motivos religiosos,
sino por convicciones alimenticias, les vendría fenomenal hacer uso del comedor
escolar, pero ni se plantean hacer uso del servicio, aunque les suponga un
gasto extra. Podrían realizarnos la misma solicitud y sin embargo ni se les
pasa por la cabeza.
Hay que ser tolerantes, creo en ello firmemente, y además es un valor que
intentamos, y conseguimos, inculcar en nuestros alumnos/as, pero cuando lo que nos
piden, es imponer la religión al hambre de unos menores, tenemos un problema
serio, y nos negamos a ceder, sobretodo, si la solución,es solo una cuestión económica,
estos niños en su domicilio, pueden disponer del menú que sus padres elijan,
pero eso sí, costeándolos ellos, y no el resto de contribuyentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario