Siempre he mantenido que los maestros/as no deberíamos habernos visto envueltos en el proceso, que no se trata de una reivindicación laboral, aunque acarrea unas condiciones laborales diferentes, que la conciliación familiar y las necesidades de los niños/as y de las familias debían ir por delante. Por lo mismo en una entrada anterior critiqué la intervención de los sindicatos, que a mi entender, no debían inmiscuirse en el desarrollo del proceso, por el flaco favor que creo que hacían al mismo.
Sin embargo más sorprendido me tiene la participación de FAPAR, es muy significativa la actitud negativa hacia la nueva jornada por parte de la federación. No quiero entrar en lo que ha podido suponer de empeoramiento de la imagen de los docentes para algunas familias, lo que no mejora en absoluto la coordinación familia-escuela. Se ha cargado contra un enemigo que no lo es. Todos debemos remar en la misma dirección, todos debemos tener un mismo objetivo, que es la mejora del sistema educativo para y por los niños/as.
No se ha percatado de lo que supone estar siempre en contra de otro colectivo sin reflexionar que lo que se propone puede ser bueno para el que representas. NO todo en la vida es dicotomía, lo que perjudica a unos no tiene que beneficiar a otros y viceversa. Puede haber situaciones que beneficien a todos los colectivos, y por enfrentarte a quien consideras rival, no mejoras la calidad de vida de tu aliado.
Si se analizan las votaciones hasta ahora, en todos los centros en los que se ha votado, ha habido una gran mayoría de familias, a las que en teoría representa FAPAR, que son contrarias a la postura que ha mantenido la organización, incluso en los centros donde ha salido rechazado el proyecto. Creo que un análisis, y para nada ha de ser profundo, demuestra una estrategia muy equivocada. Puede ser, que no se hiciera un sondeo real de lo que querían las familias aragonesas, puede ser, que la inercia de los paradigmas, no les dejase ver esta situación, pero creo que la equivocación es evidente. No quiero pensar en intereses personales, ni en nada parecido, pero algo debería de pasar.
La coherencia marca que cuando un representante social, está tan en contra del colectivo al que representa, como está siendo en este caso, debería haber un replanteamiento. Lo más coherente sería convocar una votación para refrendar su posición dentro de la federación. Pero hay que se valiente, y no habría que realizarlo con las votaciones de las Asociaciones, sino abrirlas a todos los asociados, para que pudiesen expresar su opinión, Entiendo además, que se debería buscar un margen de apoyo adecuado y que debería de ser de un 55% de las familias censadas. Si queremos proteger un espíritu democrático debería buscarse siempre. Si desde FAPAR se actuase así, yo como padre de familia, me sentiría representado, si no es así, mi sentimiento será de frustración. No se puede dar la espalda a la realidad que representas.
Imagen: http://enfocandoaalba.blogspot.com.es/
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