La universidad de North Carolina State, fue capaz de ganar el campeonato de
la NCAA enfrentándose a jugadores que luego fueron leyenda en la NBA como
Mikel Jordan, Akeem Olajuwon; Clyde Drexler o Ralph Sampson. Lo hizo de una
forma brillante, ganando partidos en los últimos segundos y con un poder de convicción
y una fe en sí mismos que son referentes en la historia del baloncesto.
Cuando llegó para hacerse cargo del equipo, el entrenador Valvano hacía
entrenar a sus jugadores el corte de la red de la canasta, para preparar la
celebración de la victoria del campeonato. Sus jugadores pensaban que estaba
loco, pero poco a poco consiguió una fe en sus posibilidades que ninguno de sus
jugadores hubiese creído antes que iba a tener.
El campeonato, ganado de una forma épica, con una canasta en el pitido
final, no hubiese sido posible sin esta fe en el grup que su entrenador llegó
a inculcarles; pero tampoco si en los partidos anteriores, en los que nadie
daba nada por ellos, no se hubiese sacado de la chistera soluciones mágicas.
En esa temporada había un jugador, que por potencia física todo el mundo
pensaba que iba a dominar el campeonato: Ralph Sampson, con 2,23 de altura, una
movilidad increíble y una gran facilidad para jugar al baloncesto. En el
partido de cruces con el equipo de Virginia, el entrenador Valvano iba
perdiendo el partido, así que de repente, tras un tiempo muerto, ordenó una
zona de caja (triángulo) y dos; pero no lo hizo de la forma ortodoxa, dos
hombres sobre dos tiradores, sino que puso los dos sobre el gigantón contrario
en un trap constante. Consiguió desorientar al equipo contrario y llevarse el
partido. La originalidad, el atrevimiento y la inteligencia osada de Jim
Valvano, les llevó al campeonato.
En las escuelas nos sucede algo parecido, muchas veces nos enfrentamos a
problemas que parece que se han enquistado de tal forma que son parte de la idiosincrasia
del colegio. No podemos aceptar esas realidades; tenemos que enfrentarnos a
ellas. Y evidentemente si llevan mucho tiempo sin poderse solucionar, es inútil intentar lo habitual. En este caso
debemos hacer como Valvano, asumir riesgos; pero con la fe ciega en las posibilidades de nuestro
grupo de trabajo. Si tenemos en el claustro dudas sobre
nuestro trabajo, no seremos capaces de solucionar situaciones difíciles.
Una vez que el equipo sea una roca, capaz de enfrentarse a los problemas
que van surgiendo, es el momento de hacer planteamientos que a primera vista
pueden parecer locuras o irrealizables. Ciertamente no perdemos nada, puesto
que si no se llega a la solución, el problema permanecería como hasta entonces.
Nuestros grupos flexibles, surgen de una situación así. Los problemas de
algunos alumnos/as con los asesores British Council eran constantes; el envío
de los mismos al aula de compensatoria, era un parche que se repetía en el
tiempo, no mejorábamos, el aula de compensatoria, no podía asumir esa cantidad
de alumnos/as a todas las horas British. Así que ideamos los grupos flexibles. Parecía imposible cuadrar ese horario; había que esforzarse para asumir dar
clase a los grupos tres, y creímos en la solución. El primer
trimestre del primer año, fue duro, pero lo sacamos adelante. La situación comenzó
a mejorar, todos/as los alumnos/as estaban mejor atendidos. Fuimos capaces de
superar la eliminatoria.
A ver si, como North Carolina State, somos capaces de
ganar el campeonato.
Al final de sus días, Jim Valvano enfermo de cáncer terminal, recogió un premio . Hasta en ese momento, él seguía luchando y teniendo fe. UN EJEMPLO PARA SEGUIR.
El discurso es impresionante, su fe en si mismo y su capacidad de lucha. Hay una parte que me emociona especialmente, cuando dice que nunca se rinde, que va a volver a intentarlo, y que volverá.
Los grupos flexibles no fue la primera solución que propusimos para solucionar nuestro problema, tuvimos que hacer retoques sobre la marcha para mejorarla. Lo mejor que tenía Valvano como entrenador, es que era capaz de dar la vuelta al planteamiento inicial, si el resultado no era el esperado. Y que conforme vamos avanzando y vamos cambiando nuestra situación somos capaces de replantearnos todas las cosas, puesto que lo importante es la fe que mantenemos en nosotros mismos como grupo de trabajo.
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