Estuve en Annecy, una ciudad alpina francesa, en el año dos mil diez, y he vuelto hace unos días. Además de la belleza del entorno, hay otra cosa que me ha sorprendido, he notado un gran cambio, y desde luego no ha sido en el lago ni en las construcciones medievales del lugar. Me ha sobresaltado el tremendo aumento de los velos y de kipás y sombreros judíos, Hace cinco años se veían personas de todas las religiones con pequeños signos religiosos, es Francia y no dejaba de ser normal, las mujeres musulmanas llevaban velos que les tapaban el cabello pero no se veían personas con el rostro cubierto. Sin embargo ahora, cinco años más tarde eran frecuentes, al igual que la presencia de judíos ortodoxos. Algo está pasando en Europa cuando las personas empiezan a refugiarse en el extremismo religioso, como lugar de refugio y de referencia. Hasta ahora ese refugio podría encontrarse en los valores promulgados desde la Enciclopedia Francesa y los valores éticos promulgados por Voltaire y Montesquieu. Algo estamos haciendo mal cuando desde la razón no podemos sujetarnos en valores democráticos, no estamos ofreciendo a los ciudadanos un soporte moral adecuado y necesario. Y por un lado no es de extrañar si repasamos los noticiarios, ya no solo nacionales, y vemos que el mercantilismo es el valor que domina las fuerzas democráticas, de nuestro entorno.
Desde la escuela, donde estamos formando a los futuros rectores de nuestra sociedad, no podemos caer en la desesperanza,en la desilusión de no poder tener una sociedad justa, ética y moral. Tenemos que insuflar a nuestros alumnos/as la necesidad de luchar por un mundo donde cualquier persona tenga la posibilidad de ser feliz, con esfuerzo, no podemos engañar a nadie, y presentar una sociedad donde todo nos venga hecho, ese ha sido un error grave que hemos cometido. Por otro, no podemos dejar que crean que su sociedad está condenada a la desesperanza.
Por eso el aumento de rostros cubiertos, que presencié el otro día, me ha dado mucho que pensar. Algo estamos haciendo muy mal, deberíamos reflexionar todos los miembros del sistema educativo, desde los altos cargos, hasta el maestro/a de la escuela más pequeña, y buscar las acciones que tenemos que emprender para poder revertir la situación. Esto es algo más que la necesidad de volver a implantar Educación para la Ciudadanía. Esto es la necesidad de buscar unos valores que sirvan para todos/as, independientemente de la religión que se procese, y que nos unan a todos bajo un mismo objetivo, sabiendo que solo si mi vecino es más feliz, podré serlo yo. Hay que volver a darle cuerda al reloj de los valores democráticos, porque nos están vendiendo, y nos estamos creyendo que los mejores relojes son los de sol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario