Plantilla, cupo y rejilla son términos a los que estamos muy acostumbrados todos aquellos maestros que pertenecemos o hemos pertenecido a un equipo directivo. Es uno de los momentos más tensos del año. De la decisión que te notifican desde el servicio de inspección, depende en gran medida la posibilidad o no, de llevar a cabo los proyectos y programas en los que está inmerso el colegio.
La noticia casi siempre es insatisfactoria; no suelen cubrir las necesidades de los colegios para realizar sin problemas las actividades antes citadas: es entonces cuando debemos utilizar nuestra imaginación. Ya comenté en una entrada anterior, que no podemos permitirnos elegir a la carta las materias que queremos impartir, diseñamos unas plazas con un determinado perfil de especialidad, que los compañeros/as eligen en función de su antigüedad y la especialidad por la que está adscritos al colegio. Realizar estos paquetes no es tarea fácil, intentamos que estén equilibrados en cuanto a dificultad y trabajo, pero eso es muy difícil y no siempre se consigue. Desde aquí, , quiero agradecer la buena disposición de mis colegas cuando les comunico lo que contiene cada uno de los perfiles a los que pueden aspirar, y ellos/as realizan un cálculo inicial, muy aproximado siempre, de sus posibilidades. Entienden que no es fácil, y que a veces cosas que a simple vista pueden parecer muy lógicas y fáciles, pueden no ser tan posibles debido a la complejidad de los grupos flexibles que condicionan los horarios al completo. Hoy por ejemplo una compañera que seguramente accederá a una tutoría de tercero con perfil de Educación Física, ha tenido que asumir que no dará el área de su especialidad en todo el curso, sino tan solo en dos de las tres vías y sin embargo deberá impartirla en una de las vías de quinto, y viceversa con la compañera de dicho nivel; supone duplicar la programación del aula, cuando si cada una impartiese un nivel no sería necesario. Rápidamente ha comprendido la situación, ha suspirado y ha aceptado el reto; son las pequeñas o grandes dificultades que conlleva lo complicado de nuestra organización.
Si a la dificultad que acarrea confeccionar este tipo de horario, con las peculiaridades de que en todos los cursos a partir de tercero deben coincidir, simultaneamente, en las vías de un curso, las áreas de Sociales-Naturales e Idioma Extranjero, con la coincidencia además, de Matemáticas y Lengua en varias sesiones para facilitar los grupos de proacción, si a esto uniésemos protestas de los docentes, sería para tirar la toalla.
Sin embargo, es todo lo contrario, la sinergia positiva que se ha creado en el centro, es tal, que todo el mundo asume su tarea y tira del carro, en función de sus fuerzas y sin fijarse en lo que hacen los demás.
Entendemos que nuestro centro necesita del apoyo de todos/a y que cada uno de nosotros/as somos importantes. Tenemos una tarea común que sabemos que es general; los individualismos y las preferencias personales deben quedar en un segundo plano.Las dificultades con esta actitud son mucho más llevaderas, y los retos mucho más asumibles. Por esta razón no me preocupa el complicar los horarios, aunque me lleve mucho tiempo poder sacarlos adelante, es como un pasatiempo, un reto personal, no un castigo, el resultado tendrá un sentido y no solo en el papel, será tangible y se beneficiarán nuestros alumnos/as. Me recuerda a mis tiempos de entrenador, pero aquí es como si estuviese entrenando a los Golden State Warriors. Es como ser uno de los tres mosqueteros, aunque aquí seamos muchos más. Uno para todos y todos para uno.
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