Nuestro colegio es bilingüe desde el año 2000, somos un centro que se rige por el currículo British Council en las áreas de Literacy, Sciences y Arts. Impartimos diez horas a la semana en lengua inglesa, con la dificultad y sobrecarga de trabajo que conlleva para los alumnos.
Nos percatamos hace tiempo que para los niños/as que tienen problemas en la competencia lingüística, esta sobrecarga, era un peso que eran incapaces de sobrellevar. Así no solo no adquirían las destrezas del idioma vehicular en las áreas british, sino que además no podían adquirir los estándares mínimos en Ciencias Sociales, Ciencias Naturales y E. Artística. Estábamos creándoles un problema y creándonoslo a nosotros mismos, puesto que estos niños/as que a causa del idioma no alcanzaban ni de lejos a superar el listón conceptual que se les planteaba, se aburrían y generaban problemas de disciplina. Yo reto a cualquiera de nosotros, adultos, a acudir a una clase de sociología en búlgaro. Estoy convencido que a los diez minutos estaríamos con el móvil en la mano navegando por los mundos de internet.
Así pues tuvimos una idea organizativa que pusimos en práctica hace ya cuatro cursos. A partir de tercero de primaria, cuando ya tenemos claro los niños/as que tienen dificultad en la competencia lingüística, flexiblizamos los grupos, y pasamos a dar las clases en estas áreas british en grupos remodelados que ya no son A,B ó C sino uno, dos y tres. No son agrupaciones por nivel conceptual, eso sería segregador,los grupos uno y dos son iguales entre sí, son a los que acuden los alumnos/as que superan los imprescindibles en la competencia lingüística y que pueden seguir el desarrollo de la clase en lengua inglesa sin problema. Al grupo tres acuden aquellos alumnos/as que no son capaces de sobrellevarlo, bien porque tienen problemas en la comunicación en lengua inglesa, o bien por que se han incorporado tarde a nuestro colegio y provienen de un centro no bilingüe. No son grupos cerrados, cada evaluación los niños/as pueden pasar de un grupo al otro dependiendo de sus necesidades individuales, estos cambios se deciden en las sesiones de evaluación. Así en el grupo tres les ofrecemos la posibilidad de la adquisición de los estándares en lengua inglesa pero con refuerzos en español.
Es verdad que este grupo está forzado a no cumplir con los requisitos del British Council y están condenados de antemano a una nota negativa, pero no deja de ser cierto también, que en el otro tipo de clase no los adquirirían, y además tampoco los que con el refuerzo de español son capaces de aprender. Así por lo menos conseguimos mejorar su desarrollo competencial en C Sociales y C. Naturales. Creemos que todos ganamos, y además al estar en una clase en la que entienden los conceptos que se les plantean, están mucho más motivados y presentan muchísimos menos problemas de convivencia.
Hemos intentado que a estos alumnos que pertenecen al grupo tres se nos permita evaluarles y calificarles con el currículum aragonés, pero nos hemos encontrado con el muro normativo, esperemos que algún día se pueda derribar. Hay que ser flexibles no solo en la escuela, también en la legislación educativa. Hemos tenido casos muy injustos con alumnos/as brillantes, que han venido en sexto a nuestro colegio, y no han podido superar el currículum British Council por su hándicap con el inglés a pesar de sacar una brillantes calificaciones en las otras áreas.
Organizar esto conlleva su dificultad, puesto que todas las clases de un curso deben coincidir en su horario en cuanto a las áreas british, pero esto con la práctica y la ayuda de la imaginación se puede superar, solo es cuestión de dedicar un tiempo en verano desde jefatura; con la práctica se gana en rapidez. Y el problema se repite en todos los cursos altos, se complica, pero es superable, solo se trata de un sudoku para la jefatura de estudios.
Esta medida, que así explicada por encima, puede parecer discriminatoria es justo todo lo contrario, por un lado es flexible y revisable trimestralmente, por otro lado individualiza la enseñanza en una áreas de gran complejidad, no por la materia impartida, sino por la lengua vehicular empleada, y por otro lado es gratificante para los alumnos/as, que antes eran incapaces de acceder a los estándares mínimos y que ahora ven su esfuerzo reconocido, no en el boletín de notas por imperativo normativo, pero sí en su autoestima y en el anexo al boletín individualizado que les ofrecemos a las familias.
Mucho esfuerzo, pero a la vez mucha gratificación. Desde el IES de referencia nos dan el feedback de la mejora exponencial en el nivel lingüístico de nuestros alumnos, no solo de los que han seguido el currículum British Council, sino de todos los demás que al no marcarles una barrera infranqueable, han sido capaces de conseguir metas que en otros tiempos no hubiesen soñado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario