Estoy leyendo en la prensa, que los médicos de la comunidad, se
quejan de que los equipos electrónicos que deben utilizar para realizar su
trabajo se han quedado obsoletos. La Administración les da la razón y se ha
comprometido a su renovación en un plazo de tiempo lo más breve posible. La
eficacia de los servicios no depende tan solo de la capacidad profesional del
trabajador, sino también, y de forma muy importante, de los medios de
trabajo que se ponen a su disposición.
Me parece
fantástico y creo que tener un sistema sanitario eficaz y eficiente va en
beneficio de todos, me da cierta envidia, lo tengo que reconocer, cuando sigo
leyendo. y veo que los equipos a renovar tienen más de cinco años ¡Cinco años! Comparados con los que tenemos en el colegio se trata de tecnología punta. Los
ordenadores que utilizan nuestros alumnos/as tienen un mínimo de nueve años,
hemos debido de cambiar el sistema operativo para que fuesen funcionales,
puesto que el oficial, que nos proporciona Gobierno de Aragón es XP, que hace
años está descatalogado. Hemos tenido que buscarnos la vida con el software
libre, y estamos contentos, no nos quejamos por ello, pero dependemos de la
buena voluntad y de los conocimientos de los docentes, y también, de la fortuna que es la responsable de que
dentro del claustro haya alguien que domine este tema, y sea competente en algo, que no tiene nada que ver con el perfil profesional de un docente ¿Qué pasa donde no se da
esta circunstancia?
Estamos teniendo
problemas con la red, salimos a una velocidad muy baja. Nuestro centro se
encuentra ubicado en una esquina de la ciudad, y tras nuestro edificio, tan solo
tenemos campos y parque. Las compañías, a pesar de tener cableada la fibra
óptica casi hasta la escuela, no quieren realizar el gasto de pasarla al otro
lado de la calle para gestionar solo dos líneas de teléfono. Nosotros no
podemos hacer ninguna fuerza, puesto que además es la consejería quien gestiona
todas las líneas, y es quien puede hacer presión, pero no lo hace. Dice que no
se puede. La cuestión es que el centro debe manejarse con la tecnología que
dispone, y que ni mucho menos, se acerca a la que podría tener sin realizar un
gasto excesivo. Tenemos también un servidor zentyal que nos ayuda a ganar
algo de eficacia balanceando las dos líneas de teléfono del colegio, pero aún
así somo más de ciento cincuenta equipos saliendo por dieciocho megas de
velocidad, a paso de tortuga vamos. Disponemos de un servicio del siglo pasado
y no creo estar exagerando.
Por otro lado, se
nos anima a la innovación, a que utilicemos alternativas a los libros de texto,
a que los alumnos sean competentes en un mundo cuya tecnología no es que corra,
es que vuela, pero no les damos alas para volar, sino sandalias, y de suela de
esparto, para que no puedan ni correr. Es una paradoja que debemos superar
todos los días. Es cierto que a base de ingenio, sacamos partido a todo lo que
tenemos, y creo que obtenemos un muy buen rendimiento, debería ser una
de las preocupaciones principales de la Administración educativa, facilitar la labor
docente a nivel de infraestructura, y como repito siempre, comenzar por quien
más va a utilizarlas, que no consiste en entregar un coche a quien solo gusta de
ir a caballo. Para eso, debería estar el servicio de Inspección educativa, para
determinar a los mejores usuarios potenciales y comenzar por ellos.
Cuando yo
comenzaba en esto de la enseñanza, se pasaba una evaluación, el Plan EVA, en la
misma se evaluaba a los docentes, a los centros y también a la Administración.
Este debería ser el planteamiento, realizar una evaluación de la Administración
desde todos los ámbitos, sobre todo por parte de las personas que trabajan en
ella, escucharles y realizar las modificaciones necesarias a los
procedimientos. Y esta evaluación no veo que se llegue ni siquiera a plantear.
Debería ser seria, rigurosa y con compromisos posteriores. No es cara, es
funcional y además estaría llena de propuestas eficaces ¿Por qué no se lleva a
cabo? ¿De verdad que no se le ha ocurrido a nadie? El primer paso para poder
tener un sistema educativo del siglo XXI, con el que tanto se le llena la boca
a alguno, pasa por tener una Administración que no esté anclada en los
procedimientos del pasado. La renovación debe venir marcada por los que mejor
la conocen, así de fácil, y a la vez así de difícil. Solo puede
pedir una renovación metodológica, quien previamente se ha evaluado y ha
optimizado su propio funcionamiento. Pensamos en evaluaciones de diagnóstico, en pruebas individualizadas, en reválidas y la ley se olvida de la más importante, la del sistema, la autoevaluación de la Administración educativa, la que puede mejorar realmente el proceso general. Es cierto que se han propuesto pactos y planes que analizan la situación, pero debería de haber un planteamiento más sistemático, periódico y regulado para que obligase a que se efectuasen las reformas propuestas sin que dependiese de la responsabilidad del puesto político de turno.
Y mientras tanto
me pido esos equipos obsoletos que van a retirarse de los centros de salud,
aquí serán bienvenidos.
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